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La categoría reina del automovilismo presentó hace tres años un plan que marca como objetivo ser un certamen neutro en carbono
La Fórmula 1 ha apostado con fuerza por reducir su impacto medioambiental. La categoría reina del automovilismo presentó hace tres años un plan que marca como objetivo ser un certamen neutro en carbono para 2030, proyecto que ha servido para capitalizar el creciente interés de las empresas por el medio ambiente. "Cuando se habla de patrocinio ahora, ya sea con socios nuevos o existentes, la sostenibilidad siempre es un elemento clave de las negociaciones y que exigen las marcas", señala a Expansión Brandow Snow, director comercial de F1. "Este fue el caso con Santander", añade.
La entidad ha retomado su acuerdo con el equipo Ferrari tras una primera alianza entre 2010 y 2017. Al oficializar su regreso, Juan Manuel Cendoya, vicepresidente de Santander España y director general de Comunicación, Márketing corporativo y Estudios de la entidad, ya reveló que no habrían vuelto a formar parte de la categoría de no haber visto "su compromiso tan claro para llegar a cero emisiones en 2030".
Esto se ha traducido en iniciativas que han implicado a la propia F1, como Santander X Global Challenge, un concurso en el que seis start up especializadas en movilidad, logística y alternativas de compensación de emisiones de carbono han ganado premios por un total de 120.000 euros.
Avances en sostenibilidad
Transcurridos tres años desde el lanzamiento de su plan medioambiental, la F1 ha conseguido "grandes avances" en la materia. Por ejemplo, algunas operaciones para las retransmisiones se realizan de forma remota, lo que ha reducido el material que se transporta a cada carrera. Además, las oficinas del certamen funcionan solo con energías renovables.
A nivel de grandes premios, la carrera de Reino Unido ha encadenado ya dos años siendo neutra en carbono, pero no es la única que saca buena nota a la hora de cuidar el medio ambiente. "Los fans que acudieron al Gran Premio de España vieron instalaciones para el reciclaje y menos plásticos. Sus promotores han sido durante mucho tiempo unos de los mejores en lo que a sostenibilidad se refiere", destaca Snow. En este sentido, la hoja de ruta de la F1 para ser más sostenible marca 2025 como primera fecha clave.
Al año siguiente los monoplazas pasarán a utilizar motores en los que la parte eléctrica aportará 350 kilovatios de potencia y el combustible será más sostenible gracias a que se elaborará con desechos de basura y biomasa no alimentaria. "Será un combustible que se podrá utilizar en los coches de calle", destaca Snow. Estos nuevos propulsores han jugado un papel esencial para convencer al grupo Volkswagen que apueste por la categoría. Tras años de negociaciones en los que no se logró concretar un acuerdo, el conglomerado alemán ya ha confirmado que Audi tendrá equipo desde 2026.
Tareas pendientes
"Si bien hemos logrado un progreso muy positivo en un corto espacio de tiempo, sabemos que hay mucho por hacer en los próximos ocho años", reconoce Snow. La principal crítica medioambiental tiene que ver con la estructura de su calendario. En ocasiones, la caravana mundialista se ve obligada a largos viajes de ida y vuelta en avión porque entre dos grandes premios europeos o asiáticos se celebra uno en América. Este mismo año ocurrió con las carreras de Miami y Canadá, que tuvieron lugar tras Imola (Italia) y Baku (Azerbaiyán), pero justo antes de España y Reino Unido.
"Reconocemos que tenemos que reducir nuestro impacto medioambiental por los viajes, por lo que analizamos cómo podemos renegociar nuestro calendario para el futuro", admite Snow. "Pero esto también depende de la cooperación con los circuitos, ya que hay varias razones de las fechas de las carreras. Esto no cambiará de la noche a la mañana".
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