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Viaje Sostenible Santander
Barichara, Girón y Lebrija se perfilan como algunos de los mayores modelos de turismo conscienteen la actualidad,por sus paisajes, su historia y tradición
En Colombia, hace algún tiempo el turismo está cambiando de piel, debido a que hoy ya no solo se trata de poder visitar lugares soñados, sino que vale mucho más hacerlo de forma consciente y responsable, de tal manera que sea posible conectarse con las comunidades locales y minimizar el impacto ambiental.
Bajo esta premisa, el último estudio de Booking.com reveló que ocho de cada 10 viajeros colombianos quieren dejar una huella positiva en las comunidades que visitan, y 83% de ellos desean explorar el mundo de forma más consciente.

Es por ello que Santander es uno de los destinos sostenibles favoritos de los turistas, pues por $1,8 millones, puede hacer un viaje lleno de tradiciones y riqueza cultural. Una ruta más consciente puede empezar por Barichara, uno de los pueblos más hermosos que hay en todo el país. Para poder llegar, usted tendrá que ir en avión hasta Bucaramanga, con vuelos que pueden estar sobre los $525.000 ida y regreso durante un fin de semana.
Después de ello, podrá dirigirse a Barichara en autobús, que está en $60.000, o Uber, que está desde $120.000. Además, podrá hospedarse en hoteles como Santa Sofía Casa Boutique, que está caracterizado por tener la esencia colonial de este pueblo, con un valor por noche de $320.000. Allí podrá participar en diferentes actividades para recorrer el lugar y cenar en restaurantes como Milana, que tiene comida mediterránea, donde por persona, con los mejores platos, puede pagar, en promedio, $85.000.
Para el segundo día, puede desayunar en el hotel, y después participar en talleres artesanales con diferentes precios, dependiendo de lo que desee hacer. Luego, hacia la tarde, podrá disfrutar de un buen almuerzo en el restaurante de alta cocina, Elvia, que por persona, también puede oscilar en el mismo precio del anterior.
Un segundo destino al que se puede ir en autobús o carro por un estimado de entre $45.000 y $90.000, es Girón, que es un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía, el arte y el legado cultural.
Allí podrá alojarse en el Hotel Macaregua, que por noche en una habitación doble estándar está desde $376.000. Además, puede cenar en el restaurante Cruz Blanca para tener la oportunidad de saborear la tradición del pueblo con un toque contemporáneo en $60.000 por persona.
Finalmente, su viaje puede terminar en Lebrija, que está a tan solo 15 minutos de Girón y es conocido como la capital piñera. La experiencia puede cerrar con un tour del cacao que tiene un valor de $110.000, que le permitirá conocer más de cerca cómo la agricultura puede ser un acto de sostenibilidad.
Estas actividades no son solo para divertirse, pues detrás de cada una hay un mensaje claro frente a esta tendencia que está creciendo para los viajeros colombianos. De acuerdo con el estudio publicado por Booking.com, 74% considera fundamental que el dinero que gasten sea para beneficiar directamente a las comunidades locales, y 78% para priorizar experiencias más auténticas.
Luiz Cegato, vocero para América Latina de Booking.com, a propósito de este tema, añadió que “Colombia tiene la oportunidad de consolidarse como un referente regional en sostenibilidad si la industria y los destinos logran acompañar la intención de los viajeros con infraestructura, educación y visibilidad para las opciones responsables”.
En la actualidad, el país cuenta con una red que está en crecimiento referente a los destinos turísticos que le están apostando a la sostenibilidad como uno de los ejes centrales de su oferta. Es por ello que lugares como Mompox, Salento, Nuquí, San Agustín y el Santuario de Flora y Fauna en Malpelo son los mejores lugares para visitar, pues han venido desarrollando una serie de iniciativas que promueven la conservación ambiental, la preservación del patrimonio cultural, la protección de fauna y flora y el fortalecimientode las comunidades locales.
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Uno de los más destacados en el ranking fue el restaurante bogotano, El Chato, a cargo del chef Álvaro Clavijo, el cual se llevó el puesto número uno