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Cuando el balón deje de rodar en Brasil llegarán dos consecuencias que de momento esperan pacientes en el banquillo: desequilibrio fiscal y, por ende, mayor endeudamiento.
Las previsiones llegan negativas para el gigante brasileño, miembro de los Brics y orgulloso organizador del Mundial y los Juegos Olímpicos (dentro de dos años), mientras su Producto Interno Bruto (PIB) se va desinflando hasta crecer este año apenas 1,8%, de acuerdo a las previsiones del FMI.
Dos informes recientes inciden en el declive: un reporte de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), que apunta a que el modelo de crecimiento se agota, y otro de la agencia calificadora Moody’s, que rebaja los ingresos derivados del Mundial a apenas 0,5% de la economía brasileña.
Ambos apuntan a que habrá poca recepción de dinero en comparación con la inversión. En el conjunto de infraestructuras, que engloban estadios y aeropuertos, la inversión fue de 0,7% del total de esta partida presupuestaria prevista entre 2010 y 2014, mientras se han dejado olvidados aspectos como la sanidad y la educación que costará volver a equilibrar. “Un estadio está en 80% por encima de lo que costó el mismo escenario en Sudáfrica. Hay una gran cantidad de recursos que se perdieron. Los sobrecostos totales son 40% del dinero gastado. Acudirán a mercados internacionales”, dijo Óscar Granados, docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Los subastadores dijeron que Lennon tocó la guitarra, que se espera supere su estimación de entre US$600.000 y US$800.000, en el álbum de 1965 de los Beatles "Help!"
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