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Las cifras de estos países son, 15,5%, 27,4%, 30,4 %; luego sigue Uruguay, con 30,5 %. Más de un tercio de los latinos son pobres
América Latina es una de las regiones más desiguales en el mundo. Pese a tener grandes riquezas naturales y buena mano de obra, la brecha de la desigualdad se hace cada vez más evidente, pues la pandemia la potencializó. Según datos del Banco de Desarrollo de América Latina, más de un tercio de los latinoamericanos son pobres, lo que representa 33,7% de los habitantes; es decir, 209 millones de personas y la pobreza extrema se ubica en 13,8%.
Por su parte el porcentaje de multimillonarios no llega ni a 1%, pues hasta el año pasado se registraban solo 78 personas en esta condición en la región. La brecha es bastante grande, pues según datos del Banco Mundial, más de 26 millones de personas en América Latina viven con menos de US$2 al día.
Al medir los países por la cantidad de personas que se encuentran en cada clase social, se encontró que Venezuela (15,5%), Colombia (27,4%), Ecuador (30,4%), Uruguay (30,5%) y Perú (30,6%) tienen el porcentaje de clase media más bajo de América Latina, según las instituciones de estadística de cada país.
Venezuela es la Nación con más personas en condición de pobreza, con 76,6%, según datos recogidos por Statista. A este le sigue Perú, con 73%; Paraguay, 60%; Chile, 57%; México, 56.6%; y Colombia, 42,5%.
Mientras que la clase alta es la más reducida en la región, el país con el mayor porcentaje de personas en esta condición es Brasil, con 13% aproximadamente, aunque allí la medición es distinta, pues las clasifican con letras, las personas que están en las clases socioeconómicas más altas están en las letras A y B. El segundo país con el mayor porcentaje de personas en clase alta es Uruguay, con 5,3%; seguido por Chile, con 4%; Perú, con 3%; México, con 2.5%; y Paraguay, con 2,3%.
Colombia tiene los niveles más bajos de personas que se encuentran en la clase alta, pues solo es 1,7% de la población. Además, es el país de la región con el rango más bajo de ingresos para pertenecer a cada grupo, pues se necesitan menos de US$156,11 para ser considerado clase baja, entre US$156,11 y US$840,57, media y más de US$840,57 alta.
Mientras que México tiene los rango más altos para clasificar en cada clase, se requieren menos de US$565 para ser de la clase baja, cerca de US$1.142 para ser de media y más de US$3.885 para ser de alta. Hay que resaltar que hasta 2019 la clase media venía en aumento en los países de América Latina, debido a que se tenía una economía relativamente estable. Sin embargo, no se tenía en cuenta que la gran mayoría de las personas en ese rango trabajaban en empleos informales.
“En la mayoría de países la inflación se mantenía en niveles estables, hasta este año que se disparó, entonces sus economías daban para que se elevara la clase media. Sin embargo, en mi opinión, esta era una clase media vulnerable, porque los índices de informalidad no mejoraron, es decir, aumentaba la clase media debido a que clasificaban a los rangos de ingreso para pertenecer a dicha clase, pero los datos de informalidad no mejoraban, y la pandemia lo visibilizó cuando no podían salir a trabajar, por eso la pobreza y clase baja aumentó” aseguró, Jhon Torres Jiménez, analista económico.
Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de informalidad en América Latina superará 50% para finales de este año, lo cual, ratifica lo dicho por el analista ya que el empleo que se tenga (si es formal o informal) influye sobre la estabilidad de los ingresos y de este modo sobre la clase a la que pertenezca. En los próximos meses la clase media podría empezar a reducirse aún más según Torres, ya que la creciente inflación y la desaceleración de la economía que se aproxima debido al aumento de las tasas de los bancos centrales. Por lo que incrementará la clase baja y la pobreza extrema.
Torres sugiere que para volver a potencializar el aumento de la clase media se deben crear “reformas monetarias, incremento de la inversión extranjera para que se creen más empresas en América Latina y hayan más empleos formales, lo cual, reducirá los niveles de informalidad”.
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