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El llamado índice básico de precios al consumidor, que excluye los costos de alimentos y energía, aumentó 0,4% desde enero.
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La inflación de la Unión Americana en febrero subió 3,2% anual, por encima de 3,1% que esperaba el mercado, mientras que el dato subyacente se aceleró 3,8%
La inflación subyacente de Estados Unidos superó los pronósticos por segundo mes en febrero, ya que los precios de los carros usados, los viajes aéreos y la ropa subieron, reforzando el enfoque cauteloso de la Reserva Federal para recortar las tasas de interés.
El llamado índice básico de precios al consumidor, que excluye los costos de alimentos y energía, aumentó 0,4% desde enero, según datos del Gobierno publicados ayer. Respecto a hace un año, avanzó 3,8%.
Los economistas ven el indicador básico como un mejor índice de la inflación subyacente que el IPC general. Esa medida subió 0,4% desde enero y 3,2% respecto al año anterior, impulsada por los precios de la gasolina, según mostraron las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU.
Después de una enérgica lectura de enero, el informe se suma a la evidencia de que la inflación está demostrando ser persistente, lo que mantiene a los banqueros centrales recelosos de flexibilizar la política demasiado pronto. El presidente de la Fed, Jerome Powell sugirió la semana pasada que él y sus colegas se están acercando al nivel de confianza que necesitan para comenzar a bajar las tasas, pero algunos funcionarios han expresado que les gustaría ver primero un retroceso más amplio de los precios.
El IPC subyacente durante los últimos tres meses aumentó 4,2% anualizado, el mayor aumento desde junio.
“Esto probablemente será visto como una razón para mantener la política en suspenso por un tiempo más”, dijo Kathy Jones, estratega jefe de renta fija de Charles Schwab. “A través de la volatilidad, la tendencia a la baja de la inflación parece estar estabilizándose y a la Reserva Federal le gustaría verla seguir bajando antes de bajar las tasas”.
La reacción del mercado fue entrecortada. Inicialmente, los operadores se centraron en detalles clave que sugerían que había algunos focos de alivio en la inflación, antes de aparentemente recurrir a las sólidas cifras generales. Los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron, mientras que el S&P 500 fue volátil.
Aparte de la próxima publicación del índice de precios al productor, este es el último informe importante sobre inflación que verá la Reserva Federal antes de su reunión de la próxima semana. Dado que se espera que las autoridades mantengan estables las tasas de interés por quinta reunión consecutiva, los economistas buscarán pistas sobre cuándo comenzará el banco central a reducir los costos de endeudamiento.
“Otra lectura del IPC más alta de lo esperado puede dar nueva vida a la difícil narrativa inflacionaria, pero si realmente retrasa los recortes de tasas, es una historia diferente”.
Los operadores aún veían junio como el probable primer recorte de tasas, pero retrocedieron un poco esas apuestas.
“Aún cuando el IPC básico de febrero se mantuvo alto, es algo reconfortante que el salto en el REA de enero resultó ser excepcional y que la tendencia en materia de vivienda sigue siendo desinflacionaria. Más preocupante es el hecho de que la desinflación de los bienes básicos parece haberse estancado” dice el informe de Bloomberg.
La vivienda y gasolina contribuyeron con más de 60% del avance mensual general, dijo el BLS. Los precios también aumentaron para los automóviles usados, la indumentaria, los seguros de vehículos motorizados y las tarifas aéreas, que registraron el mayor avance mensual desde mayo de 2022.
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