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Nadie ha reivindicado todavía la autoría de las explosiones del domingo de Pascua en dos iglesias y cuatro hoteles en Colombo -la capital de Sri Lanka.
Las autoridades levantaron el lunes el toque de queda en Sri Lanka, un día después de una serie de atentados a iglesias y hoteles de lujo en la isla del Océano Índico que han matado a 290 personas y herido a unas 500, aunque ha habido avisos de que era posible que se produjeran nuevos ataques.
Nadie ha reivindicado todavía la autoría de las explosiones del domingo de Pascua en dos iglesias y cuatro hoteles en Colombo -la capital de Sri Lanka, un país de mayoría budista- y sus alrededores, y en una tercera iglesia en la costa noreste de la nación del sur de Asia.
Una fuente del Gobierno dijo que el presidente Maithripala Sirisena, quien se encontraba en el extranjero cuando se produjeron los ataques, había convocado una reunión del Consejo de Seguridad Nacional a primera hora del lunes. El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, asistirá a la reunión, según la fuente.
Soldados de Sri Lanka que estaban despejando la ruta desde el aeropuerto de Colombo a última hora del domingo para preparar el regreso de Sirisena encontraron una bomba de fabricación casera cerca de la puerta de salida, dijo un portavoz de la fuerza aérea.
El dispositivo fue destruido en una explosión controlada, según el portavoz.
Se teme que los ataques desencadenen un resurgir de la violencia entre las diferentes comunidades religiosas del país. La policía también dijo el domingo por la noche que hubo un atentado con bombas de gasolina en una mezquita en el noroeste y ataques incendiarios en dos tiendas propiedad de musulmanes en el oeste.
Sri Lanka estuvo en guerra durante décadas con los separatistas tamiles, pero la violencia extremista se había reducido mucho desde el fin de la guerra civil hace 10 años.
La nación del sur de Asia, donde viven alrededor de 22 millones de personas, tiene poblaciones cristianas, musulmanas e hindúes con porcentajes que se sitúan entre el 8% y el 12%.
El Departamento de Estado de EE.UU emitió una nueva advertencia de viaje que decía que “grupos terroristas” seguían planeando posibles ataques.
El nivel de aviso se situó en dos en una escala donde el cuatro significa una recomendación de no viajar.
Entre los posibles objetivos se encuentran lugares turísticos, centros de transporte, centros comerciales, hoteles, lugares de culto, aeropuertos y otras áreas públicas, dijo EE.UU.
Guardias armados
El toque de queda en toda la isla impuesto por el Gobierno se levantó temprano el lunes, aunque había un tráfico inusualmente escaso en la capital, normalmente bulliciosa.
Soldados armados con armas automáticas hacían guardia en los principales hoteles y el World Trade Center, en el distrito comercial, donde fueron atacados los cuatro hoteles el domingo, según un testigo de Reuters.
Decenas de personas que se habían quedado atrapadas durante la noche en el aeropuerto principal comenzaron a regresar a casa al eliminarse las restricciones.
El Gobierno también bloqueó el acceso a las redes sociales y a los sitios de mensajería, incluidos Facebook y WhatsApp, lo que dificulta la recopilación de información.
Wickremsinghe reconoció el domingo que el Gobierno tenía información previa sobre posibles ataques a iglesias que involucraban a un grupo islamista poco conocido, pero dijo que no se les había comunicado a los ministros.
Los habitantes de Sri Lanka constituyen la mayor parte de las 290 personas víctimas mortales y 500 heridos, aunque las autoridades dijeron que también murieron 32 extranjeros. Entre ellos hay ciudadanos británicos, estadounidenses, turcos, indios, chinos, daneses, holandeses y portugueses.
Una mujer británica y su hijo que desayunaban en el lujoso hotel Shangri-La se encontraban entre los muertos, informó el periódico británico The Telegraph.
Un superviviente australiano, identificado solo como Sam, dijo a la radio australiana 3AW que el hotel era una escena de “carnicería absoluta”.
Dijo que él y un compañero de viaje también estaban desayunando en el Shangri-La cuando se produjeron dos deflagraciones. Dijo que había visto a dos hombres con mochilas segundos antes de las explosiones.
“Había gente gritando y cadáveres por todas partes”, dijo. “Niños llorando, niños en el suelo, no sé si estaban muertos o no, era una locura”.
Hubo escenas similares de matanzas en dos iglesias en Colombo o cerca de la ciudad, y una tercera iglesia en la ciudad noreste de Batticaloa, donde se habían reunido los fieles para las misas del domingo de Pascua. Las imágenes de la escena mostraban cuerpos en el suelo y bancos y estatuas salpicadas de sangre.
Decenas de personas murieron en una de las explosiones en la iglesia de San Sebastián, de estilo gótico, en Katuwapitiya, al norte de Colombo. La policía dijo que sospechaba que la explosión fue un atentado suicida.
Tres policías también murieron cuando las fuerzas de seguridad allanaron una casa en Colombo varias horas después de los ataques.
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