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La economía chilena crece fuerte y sostenidamente. Al cierre de 2012 se espera un crecimiento sobre el 5%, de hecho, más cercano al 5,5%, según han asegurado desde el gobierno, impulsado por una gran demanda interna gracias a al aumento de los ingresos laborales derivado de un mercado laboral apretado. Todo esto, mientras grandes economías se encuentran en recesión.
Sin embargo, no todo es fiesta. El auge del sector minero ha venido de la mano de altos precios del cobre junto con una menor ley del mineral, lo que ha aumentado los costos de extracción y han generado incentivos para una mayor inversión en el rubro. No obstante, también constituye una amenaza y derivar en la llamada “enfermedad holandesa”, es decir, la concentración de la inversión en un sector determinado, afectando al resto de los sectores.
Con los últimos datos, tres destacados economistas, integrantes del Grupo de Política Monetaria aseguran que los síntomas son claros.
El economista y socio de la consultora Gémines, Tomás Izquierdo, aseguró que “efectivamente Chile tiene una ´enfermedad holandesa´ porque el precio del cobre se ha mantenido ya por un periodo de más de siete años en niveles bastante altos y eso significa que este sector está explicando una parte cada vez más importante del financiamiento externo en la economía chilena”.
Agregó que “es un fenómeno más de largo plazo y es probable que el precio del cobre se mantenga alto por bastante tiempo y desde esa perspectiva, hay que empezar a aplicar los antídotos conocidos para ´la enfermedad´, que son por ejemplo, invertir en el exterior”. El ejemplo a seguir, según Izquierdo, es Noruega que tiene un fondo en el exterior que equivale a una vez su PIB. Así, de acuerdo al experto, nuestro país ha avanzado en esa línea.
En la misma línea, el economista y socio de Econsult RS, Gonzalo Sanhueza, aseguró que “hay síntomas de ´enfermedad holandesa´ en el país porque estamos teniendo un incremento del precio de un commodity que es el cobre muy fuerte y como se están gastando esos ingresos, hay una apreciación cambiaria. Esto produce que los recursos se muevan básicamente a la minería y por lo tanto, el resto de los sectores ha perdido mucha competitividad. Como no hemos controlado el nivel de gasto en la economía se está produciendo un efecto de ´enfermedad holandesa´ en Chile”.
En ese sentido, Sanhueza sostuvo que la única medida “sana” para enfrentar esto, es gastar menos. “El gasto fiscal durante 2010-2011 creció menos que el tamaño de la economía; se podría haber mantenido a ese ritmo y eso habría hecho que el efecto sobre el tipo de cambio sea mucho menor”, subrayó.
Al respecto, el economista de la Universidad Católica, Juan Eduardo Coeymans, aseguró que “claramente hay síntomas de ´la enfermedad´ porque el precio del cobre está bastante alto y eso significa un tipo de cambio real más bajo, lo que implica desproteger a los sectores transables que son distintos a cobre”.
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"Países expuestos a mercados de materias primas con elasticidades relativamente bajas, en especial los metales, podrían requerir colchones fiscales y espacio en su política monetaria", sostuvo el informe.
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