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Los dos candidatos se enfocarían en el crecimiento económico, la inversión y mejorar la capacidad adquisitiva de los trabajadores
Este domingo se realizan las elecciones anticipadas de España y una de principales preocupaciones de los votantes es cómo el nuevo presidente garantizará mejores condiciones económicas, un punto que no faltó dentro de las campañas.
Del lado de Núñez Feijóo, su promesa es ofrecer seguridad jurídica para que la economía crezca, respaldada por una política fiscal, que también estaría enfocada al empleo.
El candidato, en entrevista con Expansión, señaló que “la única solución que tiene la economía española es crecer. El objetivo es que sea una de las tres economías europeas que más crezca”, esto por medio de inversión pública y privada.
En beneficios para los ciudadanos, recalcó que se han comprometido a rebajar temporalmente el IVA a los alimentos básicos y que se enfocarán en mejorar la capacidad adquisitiva, ya sea con una subida del salario o con disminución de los impuestos.
Una de las metas que destacó es llegar a 22 millones de afiliados a la seguridad social. Y para fomentar el empleo, además de algunas modificaciones a la reciente reforma, también tendría sobre la mesa la tarifa cero para los autónomos el primer año, rebajar la tarifa para menores de 25 años que estudien y trabajen, rebajar la renta a rentas bajas y medias. “Rebajar de una forma intensa la fiscalidad”.
Sánchez, por su parte, utilizó durante la campaña y debates las cifras de su gestión. Dijo, por ejemplo, que “nunca antes en el país había 21 millones de personas trabajando” y que esto se habría logrado gracias a la reforma laboral.
Entre sus propuestas están: continuar con el aumento de las pensiones según el IPC, aumentar el salario mínimo de los trabajadores, fomentar el derecho a la salud mental pública y de calidad, invertir en vivienda y en educación. Además, ha hablado de habilitar una herramienta para que los españoles sepan, exactamente, en qué se invierten sus impuestos.
El más opcionado
Las encuestas apuntan a que Alberto Núñez Feijóo tiene 80,2% de probabilidad de ser presidente del Gobierno, igual que a principios de julio cuando empezó la campaña.
Según la ley electoral española, el lunes acabó el período para publicar encuestas, pero desde Expansión a partir de los escenarios que están encima de la mesa y de la media ponderada de dichos sondeos, se asignó una probabilidad, se revisó su tendencia y evolución para saber qué es lo que finalmente puede ocurrir. Esto a través de Sistema de Estrategia Política (SEP), el simulador que calcula con la ayuda de Demoscopia y Servicios y su partner digital Global Counting Systems, las probabilidades.
Con el cierre de los últimos trackings se puede decir que Alberto Núñez Feijóo tiene exactamente 80,2% de probabilidad de ser elegido. En estas dos semanas el líder popular ha visto reducida su distancia con el líder socialista Pedro Sánchez hasta 67,7%, 27% menos que en el arranque.
El sistema electoral español, sin embargo, es diferente, pues se trata de un juego parlamentario y no de una elección presidencial directa. Dicho esto, lo que se sabe es que cuanto más odiado es un presidente y más amado es un candidato alternativo más probabilidad hay de que el primero pierda y el segundo gane. Pero ambas cosas tienen que producirse al mismo tiempo y al mismo nivel. Si lo primero ocurre, pero en un grado inferior al esperado, las probabilidades de una noche ajustada aumentan.
El profesor de la Universidad de Stanford Morris Fiorina añade que dos factores clave que suman en la decisión de los electores son demostrar la capacidad de hacer desarrollar bien el puesto y de llegar fácilmente a acuerdos.
A pesar de su impopularidad, Maduro cuenta con una sólida base de apoyo entre los funcionarios del Gobierno, los militares y las personas que dependen de las donaciones del Gobierno.
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