Putin recibe a líderes para conmemorar victoria de 1945 mientras su guerra se prolonga

El presidente Vladímir Putin preside las celebraciones rusas por el 80.º aniversario de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. El resultado de la guerra que inició en Ucrania es incierto.

El presidente chino, Xi Jinping, el líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el primer ministro eslovaco, Robert Fico, se encuentran entre los líderes de más de 20 países que acompañarán a Putin en el desfile anual de tropas y equipo militar del Día de la Victoria, el 9 de mayo, en la Plaza Roja de Moscú, según el Kremlin. También asistirán líderes de Egipto, Venezuela, Cuba, Vietnam y Zimbabue, así como de antiguos estados soviéticos como Kazajistán y Uzbekistán.

La victoria de la Unión Soviética al costo de 27 millones de vidas en lo que se conoce como la Gran Guerra Patria de 1941 a 1945 está grabada en la memoria compartida de las familias de la ex superpotencia comunista, incluso en Ucrania y Rusia.

El Kremlin ha buscado cada vez más apropiarse de esa historia común para conseguir el apoyo público a la invasión de Ucrania por parte de Putin en febrero de 2022, presentando falsamente al gobierno de Kiev como dominado por "fascistas" y presentando a los soldados rusos como descendientes de las tropas que lucharon contra los nazis. Esto ocurre incluso cuando fue Rusia quien desencadenó el peor conflicto de Europa desde la Segunda Guerra Mundial al atacar Ucrania y ocupar parte de su territorio.

Mientras que los rusos recuerdan con horror y orgullo el sacrificio de la Segunda Guerra Mundial para derrotar a Adolf Hitler, las conmemoraciones de Putin son una forma descabellada de justificar la agresión actual, afirmó Andrey Zubov, historiador ruso y profesor visitante en la Universidad Masaryk de Brno, República Checa. "Si hubiera conquistado Ucrania en dos semanas, no se habría apelado a la Segunda Guerra Mundial", añadió Zubov. "Como no pudo, intenta apoyarse en ella".

Putin anunció un alto el fuego de tres días en Ucrania a partir del jueves con motivo del aniversario de la Segunda Guerra Mundial, tras rechazar los intentos del presidente estadounidense Donald Trump de lograr un acuerdo a largo plazo para detener la guerra en los primeros 100 días tras su regreso a la Casa Blanca. El impasse ha generado una creciente frustración en la administración Trump, que ha amenazado con abandonar las conversaciones y considerar nuevas sanciones contra Rusia a menos que se alcance pronto un acuerdo.

Los rumores sobre una cumbre entre Trump y Putin, posiblemente con Arabia Saudita como anfitriona, se han desvanecido debido al estancamiento de las negociaciones de paz. También se ha guardado silencio sobre las propuestas anunciadas en una llamada telefónica en febrero para que ambos líderes visiten sus respectivos países.

Rusia invitó a la embajadora de Estados Unidos en Moscú, Lynne Tracy, al desfile del 9 de mayo, aunque no está claro si asistirá, dijo a los periodistas el asesor de política exterior del Kremlin, Yuri Ushakov.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, advirtió que Ucrania no puede garantizar la seguridad de los funcionarios extranjeros que asistan al desfile. Exigió a Rusia que acepte una tregua de 30 días y no se comprometió a corresponder al alto el fuego de 72 horas declarado por Putin.

Putin y Xi iniciaron conversaciones bilaterales el jueves en su búsqueda de transformar radicalmente el orden mundial liderado por Estados Unidos en favor de uno multipolar. Rusia y China tienen "una asociación integral e intereses estratégicos", afirmó Putin. China "defenderá resueltamente" sus intereses, así como los de Rusia y otros países en desarrollo, afirmó Xi.

Se espera que las tropas chinas marchen junto a los soldados rusos en la Plaza Roja el viernes, la última demostración de la amistad “sin límites” que los dos líderes declararon poco antes de que comenzara la invasión rusa de Ucrania.

Ejércitos de 13 países se unirán al desfile, aunque no habrá tropas norcoreanas, según Ushakov. Esto ocurre después de que Putin agradeciera la semana pasada a Corea del Norte por enviar soldados para ayudar a las tropas rusas a expulsar a las fuerzas ucranianas que ocupan parte de la región fronteriza rusa de Kursk.

Fico, el único líder de la Unión Europea que tenía previsto asistir, se quejó el miércoles por la noche de que Estonia no permitía que su avión atravesara su espacio aéreo rumbo a Rusia. En una declaración por video, lo calificó de "intento deliberado de frustrar su visita a Moscú" y afirmó estar trabajando en una solución.

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, canceló su visita prevista a Moscú para asistir a eventos en su propio país, mientras que el presidente de Laos, Thongloun Sisoulith, también se retiró después de enfermarse de Covid, informó el servicio de noticias Tass, citando a Ushakov.

Mientras Europa conmemora la victoria de la Segunda Guerra Mundial el 8 de mayo de 1945, la rendición formal de Alemania nazi entró en vigor la madrugada del 9 de mayo en Moscú. En 2023, Zelenskiy firmó una ley que cambió la fecha de conmemoración de Ucrania al 8 de mayo, alineándose con sus aliados europeos.

Rusia y Ucrania continuaron sus ataques aéreos contra sus respectivas capitales antes de la tregua de Putin. Moscú y sus alrededores sufrieron tres ataques con drones ucranianos esta semana. Las autoridades rusas han advertido que el acceso a internet en Moscú podría estar restringido como parte de las medidas de seguridad, y los residentes informaron de interrupciones del servicio durante los ensayos para el desfile de la Plaza Roja.

El gobierno de Trump ha declarado su disposición a reconocer la posesión rusa de Crimea, la península del Mar Negro que Putin arrebató a Ucrania en 2014, y ha propuesto una congelación de la guerra, en gran medida según las líneas de batalla actuales, otorgando a Moscú el control efectivo del territorio ucraniano ocupado. También ha indicado que flexibilizará las amplias sanciones económicas impuestas a Rusia y ha aceptado las exigencias de Putin para que Ucrania abandone su objetivo de unirse a la Otan.

Las autoridades rusas consideran que “la ventaja está de su lado” y no tienen prisa por llegar a un acuerdo, afirmó Mijail Vinogradov, director de la Fundación Política de San Petersburgo.

"Rusia está dispuesta a un acuerdo político siempre que se tengan en cuenta sus intereses", declaró Andrey Sushentsov, decano de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad estatal Mgimo de Moscú. "Pero también está dispuesta a lograr sus objetivos por medios militares, independientemente de la presión externa".

Putin insiste en que Rusia obtenga el control total de cuatro regiones del este y el sur de Ucrania que no ocupa completamente bajo ningún acuerdo para poner fin a la guerra.

“Rusia parece seguir comprometida con sus planes maximalistas en Ucrania”, declaró Maria Snegovaya, investigadora principal para Rusia y Eurasia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Lo más probable es que Putin siga postergando las conversaciones para evitar irritar por completo a Donald Trump mientras intensifica su presión sobre Ucrania”.

Encuestas recientes del Centro Levada, una entidad independiente, muestran que alrededor del 60% de los rusos apoyan las conversaciones de paz, mientras que cerca de 30% está a favor de continuar la lucha, según Denis Volkov, director de la encuestadora en Moscú. Si bien el cansancio público con la guerra va en aumento, la mayoría cree que las decisiones sobre las negociaciones deberían quedar en manos de Putin, afirmó.

“Las autoridades rusas están haciendo todo lo posible para mantener una sensación de normalidad”, y el conflicto ha quedado relegado a un segundo plano en la vida cotidiana de la mayoría de las personas, dijo Volkov.