Política chilena de luto: muere el expresidente Patricio Aylwin Azócar

El ex mandatario tuvo una dilatada carrera política, cuyo mayor hito fue llegar a la primera magistratura luego de 17 años de gobierno militar. Su presidencia fue la de la transición.

El ex Presidente, nacido en Viña del Mar un 26 de noviembre de 1918, inició su carrera política en 1939 cuando asumió la presidencia de la Academia Jurídica de los Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile. Luego, en 1945, asumió como secretario de la Comisión de la Corte Suprema, encargada de redactar el Código Orgánico de Tribunales.

Ingresó a la Falange Nacional y entre los años 1947 y 1952 fue dirigente y posteriormente presidente de la colectividad.

El 28 de julio de 1957, participó en la fundación del Partido Demócrata Cristiano. Al año siguiente, fue electo presidente, cargo que mantuvo hasta 1960. Esta fue la primera de siete presidencias que ejerció en su partido durante las siguientes tres décadas.

Aylwin siguió escalando en la administración y en 1967 fue nombrado fiscal de la Contraloría General de la República.

Sin embargo, uno de los momentos más complicados de su carrera política fue en 1973, siendo senador, cuando tuvo que enfrentar el golpe de Estado en calidad de presidente de la DC, cargo que mantuvo hasta 1976.

Tras la victoria del NO en el plebiscito de 1988, el dirigente se convirtió en el candidato presidencial de la oposición.

Las elecciones fueron el 14 de diciembre de 1989, en las que enfrentó al ex ministro de Hacienda del régimen militar, Hernán Büchi, y al empresario Francisco Javier Errázuriz, donde resultó ganador con un 55,2% de los votos.

Tras esto, Aylwin se convirtió en el primer presidente democrático en casi 17 años, el segundo democratacristiano en el país, además de ser el primer presidente de la Concertación de Partidos por la Democracia, e inició la denominada "Transición".

Dentro sus principales obras destacó la creación de la Corporación de Reparación y Reconciliación y la Oficina Nacional de Retorno, encargadas de ayudar y compensar a exiliados y demás reprimidos de la dictadura.

Además, resaltó el auge económico que llevó a Chile a crecer a ritmos de un 7% anual basado en una economía abierta, el crecimiento de la exportación, un sector privado fuerte y otras reformas iniciadas el régimen militar que buscaban la consolidación de un libre mercado y lo que su gobierno denominó "crecimiento con equidad".

Accidente casero
El declive en la salud del ex mandatario comenzó con la caída del 18 de enero en su casa, en la que sufrió una contusión craneana que lo obligó a permanecer internado un día en la Clínica Alemana, durante el cual le realizaron una serie de exámenes. Si bien a su regreso a casa, y la familia destacó su recuperación, lo cierto es que su frágil situación incluso impidió al ex jefe de Estado asistir a la publicación del libro en "Patricio Aylwin Azócar. Una vida republicana: convicción, política y doctrina", elaborado por la Biblioteca del Congreso Nacional, que fue comentando por el también ex presidente Ricardo Lagos Escobar.

La publicación está conformada por nueve textos que abordan de manera integral el legado y la obra del ex mandatario, sobre quien, en esa ocasión, el senador Patricio Walker (DC) dijo: "Patricio Aylwin es parte de una generación que abrazó la política con entusiasmo y con pasión y que desde diferentes posiciones ideológicas buscaba construir un mejor país, dignificando la política y la función pública al concebirla como un servicio y compromiso con los valores republicanos, con la institucionalidad democrática, respeto y amistad cívica. Y es además un humanista cristiano convencido, que ha luchado por la justicia, la verdad y la honestidad, y para que la justicia y solidaridad sean las piedras angulares del carácter ético desde donde se construye el actuar político".

La información respecto del delicado estado de salud del ex mandatario era conocida desde hace semanas en La Moneda, desde donde se monitoreaban los cambios que sufría el ex mandatario. De ahí que en palacio estuvieran al tanto de que, desde hace algunas semanas, la familia había comenzado a afinar los preparativos para un funeral de Estado, que contemplaría que se decretaran tres días de duelo oficial con las banderas a media asta en los servicios públicos; una guardia de honor en el velatorio y la celebración de una misa en la Catedral que sería oficiada por el cardenal Ricardo Ezzati, entre otras decisiones.