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Después del rebote de 2021, la expansión de las economías de América latina y el caribe se desaceleraría en 2022 según la proyección
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó un informe especial en el que examinó el impacto económico y social de la pandemia del covid-19 a más de un año de su aparición, y entregó nuevas proyecciones de crecimiento para los países.
El documento, titulado ‘La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad’, elevó su estimación de crecimiento regional para 2021 a 5,2%. Según el organismo, a pesar de ser una cifra positiva frente a la contracción de 6,8% de 2020, y mayor a la proyección de 3,7% que se tenía para el cierre de este año, no es posible garantizar que habrá una expansión sostenida, en cuanto la pandemia acentuó problemas estructurales de la región, como la pobreza.
Para el caso de Colombia, la estimación de la Cepal es que habrá un crecimiento económico de 5,4% para 2021, mayor al 5% que se había proyectado inicialmente, y de 3,8% para 2022.
Aunque este año se registraría una recuperación en todos los países, a excepción de Venezuela y Surinam, el organismo internacional advirtió que hay incertidumbre y probabilidades de nuevas trayectorias bajas para finales de 2022, pues se estima que al cierre de ese año, 19 de los 33 países medidos no recuperarán el PIB que registraron en 2019.
“Estamos viendo una recuperación económica asimétrica; hay una persistencia en la crisis sanitaria; tenemos más de 1,26 millones de muertes, es decir, 32% del total mundial, cuando nuestra población es 8,4% del total de personas en el mundo”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
Según esta nueva estimación, en 2022, la región de América Latina y el Caribe crecería 2,9%, en promedio, lo que implica una desaceleración respecto al rebote proyectado en 2021.
“Los problemas estructurales que limitaban el crecimiento de la región antes de la pandemia se agudizaron y repercutirán negativamente en la recuperación de la actividad económica y de los mercados laborales más allá del repunte del crecimiento de 2021 y 2022. En términos de ingresos per cápita, la región continúa en una trayectoria que conduce a una década perdida”, advierte el informe.
Las razones por las cuales, según la Cepal, habría una nueva caída en los indicadores de desarrollo económico de la región, tienen que ver con que la tasa de crecimiento actual no es sostenible, y existe un riesgo de retorno a “trayectorias mediocres”, con insuficiente inversión y empleo y un mayor deterioro ambiental.
Además, la pandemia aumentó la desigualdad y la pobreza, afectando principalmente a las mujeres, escolares y personas mayores. “Llegó en un momento donde la región estaba estancada, sin enfrentar las crisis de largo plazo de la inversión, el empleo y la diversificación productiva sostenible. Reconocemos asimismo que las medidas fiscales adoptadas por los países han sido importantes, pero insuficientes en monto y duración”, dijo Bárcena.
En efecto la organización, que hace parte de las Naciones Unidas, se refirió a las acciones y ayudas que los diferentes gobiernos han ejecutado para luchar contra la pobreza. De hecho, según cálculos de la Cepal, sin las transferencias realizadas, el fenómeno hubiera crecido aún más por el virus.
“En el último año, la tasa de pobreza extrema alcanzó 12,5%, y la de pobreza 33,7%. Las transferencias de emergencia a los sectores más vulnerables permitieron atenuar el alza de la pobreza en la región en 2020: pasó de 187 millones de personas en 2019 a 209 millones en 2020, pudiendo haber sido de 230 millones; y de 70 millones de individuos en 2019 a 78 millones el año pasado, pudiendo haber sido 98 millones en el caso de la pobreza extrema”, agregó (ver gráfico).
Con esas cifras, la Cepal concluyó que las transferencias y ayudas a las familias y hogares más vulnerables beneficiaron a 326 millones de personas, es decir, 49,4% de la población. Sin embargo, la desigualdad en la distribución del ingreso aumentó (2,9% del índice de Gini).
En tanto, la inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó a 40,4% de la población en 2020, 6,5 puntos más que en 2019. “Esto significa que hubo 44 millones de personas más en inseguridad alimentaria moderada o grave en la región, y 21 millones pasaron a sufrir inseguridad alimentaria grave”, dice el informe.
El documento también indicó que en el período enero-abril de 2021, 20 países anunciaron o extendieron transferencias de emergencia por US$10.000 millones (0,26% del PIB de 2020). De mantenerse este nivel de gasto el resto del año, el gasto anual en transferencias sería de apenas 0,78% del PIB de 2020, es decir, la mitad del gasto de ese año, cuando se invirtió 1,55% del PIB de 2019. Esto disminuiría su cobertura, de 326 millones de personas beneficiadas en 2020, equivalentes a 49% de la población, a 231 millones de beneficiarios este año, que representan 29% del total.
Finalmente, la Cepal hizo un llamado a la comunidad internacional para que se acaben las brechas existentes en lo que se refiere al acceso a las vacunas contra el covid-19, pues la región tiene un avance de vacunación de apenas 13,6% de la población.
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