La Ocde respalda los planes de creación de infraestructuras de Trump

En contraste con su apoyo a la política estadounidense, la previsión bianual económica de la Ocde, con sede en París, se muestra más bien fría con las previsiones para Reino Unido, rebajando las perspectivas económicas británicas ante la difícil salida de la Unión Europea en 2019.

Los mercados de capitales ya se han recuperado ante las expectativas de crecimiento en Estados Unidos debido a una política fiscal más flexible, mientras que la OCDE se sitúa como la primera organización internacional en validar las apuestas de los mercados.

El respaldo de la Ocde pone de manifiesto cómo la visión sobre las perspectivas estadounidenses se ha alterado en los dos últimos meses. Antes de las elecciones presidenciales, instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, temían una presidencia de Trump y le veían como una especie de Voldemort para el orden económico mundial -igual que el villano de Harry Potter, cuyo nombre sólo se pronuncia en susurros y detrás de puertas cerradas.

Defensora acérrima de la prudencia presupuestaria, la OCDE ha dado un giro de 180 grados durante el último año, y le preocupa el hecho de que si los gobiernos no hacen uso de unos tipos de interés bajos para impulsar las inversiones, las economías avanzadas se verán atrapadas en un crecimiento bajo.

Catherine Mann, economista jefe de la OCDE, afirma: "Nos preocupa hasta qué punto los precios de los activos están siendo apuntalados por unos tipos de interés bajos, de forma que la política monetaria se ha visto sobrecargada".

El último informe económico de la OCDE muestra mejoras en las previsiones de crecimiento para 2017, cuya causa directa es la visión positiva de la política fiscal y de gasto público tras las elecciones.

Se espera que Estados Unidos sea la economía avanzada con mejores datos en 2017, con un crecimiento del 2,3%, mientras la eurozona crecerá un 1,6%, el Reino Unido un 1,2% y Japón solo un 1%.

" El efecto fiscal Trump representa una parte importante de nuestras proyecciones", dice Mann en una entrevista con FT. "No creemos que vaya a pasar nada en los próximos seis meses, pero esperamos un estímulo de entre el 0,25% y el 0,5% de los ingresos en la segunda mitad de 2017, que se invertirá sobre todo en infraestructuras públicas, y un 1% más o menos en 2018 procedente de los recortes fiscales."

Las previsiones aseguran que las políticas estadounidenses podrían ayudar incluso a sacar al mundo del estancamiento. Una política fiscal más activa, afirma, "debería reavivar las expectativas de un crecimiento más rápido e inclusivo, permitiendo así que la política monetaria adopte una postura más neutral en Estados Unidos al menos, y posiblemente en otros países también".

"El aumento del gasto estadounidense en infraestructuras y otras inversiones (como la mejora de la formación y las medidas para facilitar la búsqueda de empleo mediante políticas laborales más activas y las facilidades para el cuidado de los hijos) combatirán la desigualdad y contrarrestarán la constante caída de los índices de participación en la mano de obra tanto de los hombres en edad de trabajar como de las mujeres", asegura el informe.

Ante las promesas de Trump, la Ocde advierte que si lleva a cabo sus amenazas para levantar las barreras comerciales, las ganancias podrían desaparecer. "Puede que el proteccionismo proteja determinados empleos, pero empeora las perspectivas y disminuye el bienestar de otros", afirma.

Temores similares han llevado a la organización a duplicar sus sombrías visiones sobre el Brexit, basando sus previsiones en el hecho de que Reino Unido establezca relaciones comerciales con el resto de la UE según las normas de la Organización Mundial de Comercio de 2019, el denominado "Brexit duro".

"El carácter impredecible del proceso de salida de la Unión Europea es un gran riesgo negativo para la economía. La incertidumbre podría dañar las inversiones más de lo previsto", advierte la Ocde.

La Ocde afirma que hay espacio para la expansión fiscal también en Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica y Rusia, pero recomienda que China, Hungría e Israel adopten una posición presupuestaria más dura.