La inflación en España se modera en diciembre a 5,8% y llega a mínimo de 2022

El IPC, principal indicador de la inflación, cierra el año en 5,8%, un punto porcentual menos que en noviembre por la contribución a la baja de los precios de la energía, principalmente la electricidad, y en menor medida, las gasolinas. El indicador general se sitúa ya por debajo de la inflación subyacente, que sube 6,9%. El dato de diciembre es el de referencia para subir los sueldos sujetos a convenio con cláusula de revisión salarial por el IPC.

El índice de Precios al Consumo (IPC) vuelve a moderarse en diciembre por quinto mes consecutivo. El principal indicador de la inflación cierra el año en 5,8%, un punto menos que en noviembre, su cifra más baja desde noviembre de 2021, cuando se situó en 5,5%, según el indicador adelantado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que no se confirmará hasta el próximo 13 de enero.

El IPC general se sitúa por debajo de la inflación subyacente, índice que no recoge la evolución más volátil de los alimentos frescos y las energías, con lo que es un indicador más preciso de la situación estructural de los precios. La tasa interanual subyacente sube seis décimas, hasta 6,9%, por lo que supera al índice general por primera vez desde febrero de 2021.

La moderación del IPC interanual hasta 5,8% en diciembre se debe, principalmente, a que los precios de la electricidad suben menos que en diciembre de 2021 y a que los carburantes registran un descenso mayor que el del año pasado, y a pesar del aumento de los precios del tabaco y alimentos elaborados. Por su parte, destacan, aunque en sentido contrario, el vestido y calzado, que se abaratan este mes respecto a diciembre de 2021.

El indicador Icae de la inflación energética, que contribuye en gran medida a la baja o alza el índice general de evolución de precios, adelantó esta semana el dato en la evolución a la baja del componente energético del IPC. No obstante, al terminar el año los precios de los alimentos siguen en máximos históricos, con algunos productos doblando la inflación media.

En términos mensuales (diciembre sobre noviembre), el IPC registró un ascenso de tres décimas, frente al descenso de una décima del mes anterior, mientras que el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en 5,6%, más de un punto inferior a la registrada el mes anterior. Por su parte, la variación mensual estimada del Ipca fue de 0,1%

Un año de oscilaciones y pico máximo

EL IPC termina 2022 por debajo del dato con el que estrenó. Hace un año el indicador estaba en 6,5%: en enero bajó hasta 6,1% y que se disparó a 9,8% en marzo tras el comienzo de la guerra de Ucrania. Después de contenerse ligeramente los dos meses siguientes, escaló por encima de 10% en los meses de verano, con el pico máximo en julio (10,8%), su nivel más alto desde septiembre de 1984.

Tras caer tres décimas al mes siguiente, el IPC consiguió bajar de los dos dígitos en septiembre y ha seguido moderándose durante el último trimestre hasta hoy como consecuencia de la contención del precio de las

energías y combustibles. Pese a ello, los alimentos han seguido subiendo con ascensos medios de 15% y algunos grupos por encima de 18%.

Actualización de los sueldos por convenio

Si el IPC de noviembre sirvió para confirmar la subida de las pensiones, la tasa interanual de diciembre es la que se toma como referencia para actualizar los salarios. Esto afecta a los convenios que contengan una cláusula de salvaguarda para compensar la subida inicial del año con el IPC interanual de diciembre, que tendrán que tomar como referencia el porcentaje que el INE confirme en enero.

Según los convenios registrados en el tercer trimestre, hasta septiembre se habían pactado alzas de hasta 5% siguiendo la estala inflacionista que ha quedado a fin de año. Hasta noviembre, los salarios pactados en convenio subieron de media 2,69%, cifra ligeramente superior al dato de octubre (2,64%), pero más de cuatro puntos inferior al IPC de ese mes, según datos de la estadística de negociación colectiva del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

La mayor parte los convenios registrados hasta noviembre no cuentan con cláusula de revisión salarial para evitar pérdidas de poder adquisitivo. En concreto, de los 2.957 convenios contabilizados, solo 13,5% (400) contaban con una cláusula de garantía salarial y de ellos, 300 contemplan que tenga efectos retroactivos. Los 2.957 convenios registrados hasta el mes pasado daban amparo a algo más de 8,4 millones de trabajadores, pero solo 22,64% de ellos tienen cláusula de revisión salarial, situación en la que están 1,9 millones de trabajadores.

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El Acuerdo Interconfederal para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC) 2018-2020 planteaba subidas salariales del entorno del 2% más un punto porcentual ligado a conceptos como la productividad, los resultados empresariales y el absentismo laboral. Este Aenc no se ha podido renovar para 2022 por las diferencias existentes en torno a la cláusula de revisión salarial, irrenunciable para los sindicatos e inaceptable para los empresarios ante los elevados niveles de inflación.

Desde el Gobierno y otros organismos nacionales e internacionales se está instando a los agentes sociales a alcanzar un acuerdo alcanzar un acuerdo sobre el pacto de rentas que dé una senda de evolución de los salarios y de los márgenes empresariales en los próximos años.

Los sindicatos piden un incremento salarial de entre 4% y 4,5% este año, pero consideran que la clave para el acuerdo está en alcanzar con la patronal compromisos de recuperación de la actual pérdida de poder adquisitivo a lo largo de 2023 y 2024. Por su parte, la propuesta que la Ceoe hizo en mayo recogía una subida salarial de 3,5% para 2022, pero sin cláusula de revisión.

Con los datos hasta noviembre, el alza salarial pactada en convenio se encuentra entre un 1,3 y 1,8 puntos por debajo de la que proponen en esta negociación y a 8 décimas de la planteada por Ceoe, pero en este último caso excluyendo la cláusula de garantía, informa Europa Prewss. La mayor parte de los convenios registrados hasta noviembre en la estadística de Trabajo se firmaron en ejercicios anteriores, aunque tengan efectos en 2022.