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Dina Boluarte también se enfrenta a otra investigación penal por su papel como supervisora de la policía y el ejército en la muerte de 50 peruanos en protestas contra su gobierno.
El ex Primer Ministro Alberto Otarola reconoció que Boluarte se había sometido a una "rinoplastia" por "problemas respiratorios"
Las autoridades peruanas están investigando si la impopular Presidenta Dina Boluarte abandonó temporalmente su papel de jefa de Estado para someterse a una operación secreta de nariz. Boluarte, una de las presidentas más impopulares del mundo, llevaba meses rumoreándose que se había sometido a tratamientos de cirugía plástica, lo que habría requerido un reposo médico confidencial.
Aunque el gobierno había negado fervientemente los procedimientos, el ex Primer Ministro Alberto Otarola reconoció que Boluarte se había sometido a una "rinoplastia" por "problemas respiratorios" en un testimonio ante los legisladores esta semana.
La confirmación ha llevado a los legisladores y ahora a los fiscales a preguntarse si Boluarte abandonó ilegalmente sus funciones para someterse a los tratamientos médicos. La administración de Boluarte afirma que nunca se ha tomado tiempo libre. La investigación penal es sólo el último revés para Boluarte, cuyo índice de aprobación oscila entre 3% y 5% en las encuestas. Ya se enfrenta a investigaciones penales por presunto enriquecimiento ilícito por el uso de relojes Rolex que probablemente no podía permitirse.
También afronta otra investigación penal por su papel como supervisora de la policía y el ejército en la muerte de 50 peruanos en protestas contra su gobierno. El abogado de Boluarte, Juan Carlos Portugal, dijo el viernes a la emisora local Canal N que nunca hubo un vacío de poder y que la presidenta firmó 91 disposiciones legales durante el tiempo que, según sus críticos, estuvo en reposo médico secreto.
Boluarte dijo en un acto público que una posible destitución en su contra sólo perjudicaría al país al forzar una transición presidencial. Perú es famoso por encarcelar a ex presidentes y ha construido una cárcel específicamente para albergar a ex mandatarios caídos en desgracia. En el centro se encuentra actualmente el predecesor de Boluarte, Pedro Castillo, que intentó cerrar ilegalmente el Congreso en 2022, y el ex presidente Alejandro Toledo, recientemente condenado por aceptar millonarios sobornos.
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