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Exitoso y visionario. Aunque lo llaman el Rey Midas, Carlos Slim Helú es, ante todo, un hombre práctico, humilde y sin ínfulas de rey que, sin desconocer el panorama macro de la economía, se concentra y no pierde de vista su foco.
'Hay que tener una visión de la economía en general, pero principalmente de la actividad del sector económico en el que participas', resalta.
El presidente del Grupo Carso estuvo en la primera Cumbre Regional de las Américas, del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés).
Habló de la economía en general, del futuro de América Latina, del fomento al capital humano, de la importancia de tener tiempo para la familia y la creatividad, y del nicho importante para invertir ahora: el turismo, 'que en los próximos diez años será la gran actividad económica'.
¿Cuál ha sido su mejor decisión de negocios?
Cuando uno está tomando decisiones comete errores. No cometen errores aquellos que no deciden, pero el peor error es no decidir. En este sentido lo que diría que hay que cuidar es, que sean errores pequeños y tomar decisiones constantemente. De manera que las empresas, ongs, gobiernos o cualquier organización deben tener flexibilidad y rapidez en la decisión y en la acción.
¿Cómo ve el futuro de América Latina?
Pienso que para crecer se necesita grandes inversiones que le permitan tener una gran actividad y crecimiento económico. La buena noticia es que se puede lograr no solo con el ahorro interno o la misma inversión extranjera, sino que hay ahorro externo disponible en todo el mundo para financiar todos aquellos proyectos que sean atractivos y viables; hay ahorros a largo plazo y a bajo precio.
¿Dónde invierte ahora?
Estamos en casi todos los países latinoamericanos. La meta en los próximos 10 a 15 años es acceder al desarrollo, además de México y Chile, de Brasil, Colombia, Argentina y Uruguay. Estos serán los países que en poco tiempo ingresarán al sector de los países de gran desarrollo. Para ello es importante formar grandes clases medias porque son muy importantes para la distribución del ingreso. Una distribución fundamental para formar capital humano con salud, buena nutrición, educación y oportunidad de empleo. La educación y la inversión retroalimentan el desarrollo de los países.
Habla usted de la sociedad del conocimiento. ¿A qué se refiere?
Ya no somos una sociedad de trabajo físico como era la sociedad industrial pegada de una máquina. Ahora, a mayor edad, mayor conocimiento y es cuando más experiencia se tiene. Hay que hacer reestructuraciones para que las personas en lugar de trabajar 35 horas seis días a la semana, trabajen tres en forma presencial y los otros días lo hagan a través de Internet. Esto da más flexibilidad, permite usar menos medios de transporte que cuestan y contaminan, permite ademas más tiempo para convivir con la familia, estudiar, prepararse y viajar.
A propósito, ¿cómo ve el futuro de la industria turística?
Con el cambio de sociedad cada vez va a haber más gente con interés y curiosidad de conocer y de viajar. En los próximos años la gran actividad económica será el turismo y será la que más empleos creará. Por eso es muy importante impulsarlo, apoyarlo y ligarlo con más entretenimiento.
Le escuché decir que la llegada a los aeropuertos debería ser una fiesta. ¿Cómo es esto?
Además de los temas de visas y de impuestos, creo que hay que buscar ofertas que permitan el acceso a la gente de la clase media que se está formando. Estas no son las únicas barreras a la hora de viajar. Creo que las autoridades, más allá de la visa misma, deberían tener los aeropuertos mejor acondicionados, donde la llegada sea, en todos los países, amable y cálida desde el principio. Que sea una fiesta llegar a un destino y no un tema de inseguridad.
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