El reto Bachelet: calmar la calle con 50 medidas económicas en 100 días

El cronómetro empezó a correr en Chile y fue la propia Michelle Bachelet quien lo puso en marcha tras apenas una semana desde su toma de posesión del cargo. La presidenta asume su segunda legislatura con un programa de 50 medidas económicas urgentes para cumplir en sus primeros 100 días que incluyen algunas de las grandes demandas ciudadas que calentaron la calle en los últimos años: educación, sanidad, y desigualdad social.

Algunos de los proyectos más ambiciosos son las creación de dos universidades públicas, gratuidad universitaria de 70%, 20 nuevos hospitales, un fondo de medicamentos para enfermos crónicos, reforma del sistema de pensiones para que también pueda ser gestionado por el Estado... la lista parece no tener fin y la pregunta llega inevitable: ¿Cómo piensa financiar estas promesas?

“Lo primero que hará será modificar todo el sistema tributario a finales de marzo. Ahora cambiará todo el foco del impuesto con respecto a como lo conocíamos, es darle la vuelta al sistema. Con ello espera recaudar 3% del PIB”, explica Francisco Klapp, investigador del programa economista en el Instituto Libertad y Desarrollo de Chile.

De esos tres puntos porcentuales al menos uno se empleará en corregir el déficit fiscal y el resto se destinará a su programa social para evitar un excesivo gasto público, pero Klapp tiene serias dudas sobre estas estimaciones, que considera “demasiado generosas”. Con él coincide Óscar Eduardo Medina, experto en geoeconomía en Eafit.

“En el tiempo va a demandar muchísimos más recursos del Estado. El 3% no será suficiente y recurrirán a más impuestos o a endeudamiento externo. Y ahí flaquean los datos macroeconómicos.”, advierte Medina.

La realidad es que las perspectivas económicas del país empiezan a ser vistas con cautela por los inversionistas, pues el crecimiento de Chile vive una desaleceración que provocó que en enero creciera 1,4%, como recuerda Klapp. La cifra queda lejos del 5,4% promedio que creció el país en los últimos años y el equilibro fiscal y comercial cobra ahora importancia.

“En Chile la balanza comercial equilibrada responde al principio de equilibrio de sus socios. Y ahora sacrificar la fiscalidad para aumentar la base social es riesgoso.”, apunta Mauricio Jaramillo, del centro de estudios Políticos e Internacionales de la Universidad del Rosario.

“Para seguir siendo competitivos deben diversificar la canastas de exportaciones. El cobre, que da mucho dinero al país, bajó de precio, pero si se elimina ese elemento de la canasta Chile es bien interesante en materia de exportaciones”, apunta Medina.

Entre las propuestas de Bachelet y la situación actual se abren ahora dos caminos: atender las demandas económicas de la calle, que le dio los votos, o mantener estables los datos macroeconómicos del país. Para sentar las bases tiene 100 días.

¿Una radicalización económica?
Los analistas consultados ven una radicalización económica en el programa de Bachelet que se corresponde con un aumento del descontento social en el país, pues, como señala Jaramillo, “los indicadores macroeconómicos no tienen porque corresponderse con la percepción ciudadana”. En la misma línea Medina sostiene que se trata de propuestas “populistas”, y que para reformar el sistema “no hay que crear nuevas instituciones”, y Klapp, por su parte, destaca la falta de concisión de muchas de las iniciativas del programa.

Las opiniones

Francisco Klapp
Investigador del programa economista en Inst. Libertad y Desarrollo de Chile
“La mayoría de las medidas de 100 días son proyectos de Ley. Algunas son complejas de aprobar en el Congreso, pero la mayoría que tiene hará que pasen prácticamente todas.”

Óscar Eduardo Medina
Experto en relaciones internacionales y geoeconomía en Eafit
“Los elementos de inversión social generan una gran presión sobre el financiamiento público. Piñera intentó hacerlo pero no lo consiguió y su popularidad cayó. Ahora lo hace Bachelet.”