El político liberal Mohamed El Baradei sería designado como primer ministro interino de Egipto, en momentos en que el Gobierno de transición busca restaurar la calma después de que 35 personas murieran en protestas convocadas por islamistas en varias partes del país el día anterior.
El Baradei, ganador del premio Nobel de la Paz y ex director de la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas, es visto como el favorito para encabezar la administración interina de Egipto instalada por las fuerzas armadas después de derrocar el miércoles al presidente Mohamed Mursi.
El político de 71 años sostenía el sábado su segunda reunión del día con el jefe de Estado transitorio, Adli Mansour, poco antes de su esperado nombramiento oficial.
La cadena estatal de noticias de Egipto se apresuró a aclarar el sábado que el nuevo primer ministro todavía no ha sido nombrado.
Decenas de miles de partidarios de los Hermanos Musulmanes, el movimiento al que pertenece Mursi, salieron a las calles el viernes para protestar contra lo que califican como un golpe de Estado, y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y opositores al mandatario depuesto dejaron más de 30 personas muertas.
Los enfrentamientos con más víctimas se registraron en Alejandría, donde 14 personas murieron y 200 resultaron heridas. En el centro de El Cairo, partidarios y detractores de Mursi se enfrentaron durante toda la noche con piedras, cuchillos y bombas incendiarias mientras vehículos armados intervenían.
Pocos minutos después de que surgieran los reportes sobre la designación de ElBaradei, un importante funcionario de los Hermanos Musulmanes afirmó que rechazaría el nombramiento y cualquier medida implementada por una administración de respaldo militar.
"Rechazamos este golpe y todos los resultados que surjan de él, incluyendo a ElBaradei", dijo a Reuters Farid Ismail, un destacado miembro del Partido Justicia y Libertad (FJP), el ala política de los Hermanos Musulmanes.
Ismail describió a ElBaradei como "la elección de Washington", en referencia a las sospechas de los Hermanos Musulmanes sobre una intervención estadounidense para el derrocamiento de Mursi.
Una coalición islamista liderada por los Hermanos Musulmanes también convocó a una nueva ola de manifestaciones para el domingo, instalando el prospecto de más actos de violencia que han hundido en la inestabilidad y la turbulencia a la nación más poblada del mundo árabe.
