Diario Financiero - Santiago
Según informó la Administración General de Aduanas del país asiático, las exportaciones alcanzaron US$174.320 millones, que representaron una caída de 3,1% en el sexto mes del año, mientras que las importaciones bajaron 0,7%.
Esta inédita caída de las exportaciones no sucedía desde enero de 2012 -cuando las ventas al exterior descendieron un 0,5%- y el dato anunciado hoy supone un nuevo récord bajista en, como mínimo, los últimos cuatro años.
El organismo informó también de que las importaciones del gigante asiático se situaron en los US$ 147.190 millones en el mismo periodo, un 0,7% menos que en junio de 2012.
A pesar de que las ventas al exterior cayeron en mayor medida que las compras, el primer exportador mundial cerró junio con un superávit comercial equivalente a los US$ 27.130 millones.
Con todo, el volumen total de comercio exterior del primer exportador mundial decreció un 2% con respecto a las cifras de junio del año pasado.
Los analistas atribuyen los malos resultados de junio a una mayor vigilancia por parte de las autoridades en las transacciones comerciales -las cifras se dispararon en los primeros meses del año después de que varias compañías aprovecharan este canal para mover dinero desde y hacia China-, a la débil demanda externa, la ralentización de la segunda economía mundial o el creciente proteccionismo.
En el primer semestre del año, el volumen de comercio exterior de China llegó prácticamente a los 2 billones de dólares (1,56 billones de euros), un 8,6% más comparado con los seis primeros meses de 2012.
Este crecimiento está por encima del límite marcado por Beijing para este año, del 8%, aunque se trata de una meta que las mismas autoridades chinas han calificado recientemente de "difícil de cumplir" teniendo en cuenta las perspectivas de crecimiento económico poco alentadoras para el resto del año.
China constató durante 2012 la debilidad de su demanda externa y particularmente la caída de intercambios comerciales de su principal socio, la Unión Europea, y registró un crecimiento de su volumen total de comercio exterior del 6,2%, muy por debajo de los objetivos que se había marcado y los que se alcanzaron en años anteriores.