Canadá es el país del Grupo de los Siete donde más aumenta el precio de la vivienda

Lejos de generar una menor demanda en el sector inmobiliario residencial, la pandemia está causando una presión aún mayor en todos los países del G7, excepto Japón. Dentro de este grupo, que explica 65% de la economía mundial, el caso de Canadá es el que más llama la atención. Desde 2005, los precios de la vivienda en este país han aumentado a un ritmo tres veces mayor al del resto de las grandes economías. Los datos a septiembre de 2020 muestran que mientras los canadienses pagaron 8,27% más que en 2019, en Estados Unidos el aumento fue menos de la mitad, llegando a 3,45%.

El más reciente informe de la Asociación Canadiense de Bienes Raíces advierte que la tendencia se acrecentará, y al final de 2021, el precio promedio de la vivienda aumentaría en 16,5%, pasando de US$665.000 a US$679.341. Si bien este ‘housing boom’ ya venía presentándose antes de la pandemia, las restricciones para viajar y la nueva cultura del teletrabajo han aumentado el interés de las personas por buscar espacios más amplios, a la vez que el presupuesto vacacional está siendo trasladado a la compra de inmuebles.

Esta situación está generando que en algunos centros urbanos las ofertas de compra por una casa superen en 20% o 30% el valor solicitado por el propietario. Solo en Toronto, el precio promedio de la vivienda subió 15% en el último año, y se espera que antes de terminar 2021 dicho valor supere, por primera vez, el millón de dólares. De ahí que algunos hayan advertido la existencia de una burbuja hipotecaria. Sin embargo, el emisor ha señalado que, por ahora, no se ven excesos en el mercado que puedan dar pie a tal preocupación.

“Hay que reconocer que lo que sucedió en 2020 en el mercado de la vivienda fue muy inusual en el sentido de que hubo un período en el que el mercado se cerró totalmente, cuando las restricciones fueron estrictas y generalizadas; luego hubo una reapertura, por lo tanto, hubo una liberación de la demanda reprimida”, explicó el vice gobernador del Banco Central, Lawrence Schembri.

Este aumento en los precios de la vivienda está alineado con el nivel de deuda de los hogares para adquirirla. En promedio, por cada dólar que recibe un hogar, este genera obligaciones por US$1,86, lo que pone a Canadá con el indicador más alto dentro del G7, y según los datos de la Ocde.

Con una tasa de interés hipotecario en su nivel más bajo en los últimos ocho años, rondando 2,1% anual, y sin expectativas de que se incremente en los próximos dos años, es altamente probable que el endeudamiento continúe creciendo.

La combinación de estos factores ha llevado a que la participación del mercado de la vivienda en la economía canadiense sea cercana a 10%, mientras que en Estados Unidos este explica solo 5% de su producto interno bruto.

“Gastamos mucho más en mantener un techo sobre nuestras cabezas, que en máquinas, fábricas e inteligencia artificial. Eso fundamentalmente no es saludable”, advierte Sal Guatieri, economista senior del Banco de Montreal.

Hoy, en promedio, en Canadá se cierra la venta de 80 casas cada hora, por lo que el inventario nacional de propiedades listadas solo alcanzaría para cubrir dos meses. De ahí que uno de los mayores desafíos sea justamente la ampliación de la oferta, algo que según el sector podría pasar una vez la tasa de contagio del virus baje significativamente y las personas se sientan más cómodas mostrando sus casas.

De igual forma, se espera que la construcción de proyectos nuevos se reactive cuando la cadena de suministro de materiales se normalice totalmente.