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La gestora, que maneja US$8,5 billones en activos y participa en todas las empresas del Ibex -en algunas como primer accionista- votó contra la ratificación o reelección de 26 consejeros en las grandes compañías españolas
Larry Fink, presidente ejecutivo de BlackRock, decía en su última carta a los ejecutivos de compañías cotizadas en todo el mundo que "el acceso al capital en el mercado no es un derecho. Es un privilegio. Y el deber de atraer ese capital de una manera responsable y sostenible te corresponde a ti". Prueba de esta actitud más agresiva respecto al gobierno corporativo de las empresas es el posicionamiento de la mayor gestora de fondos del mundo en las juntas de accionistas celebradas este año 2022 en España.
Según un análisis del resultado de las votaciones, realizado por Expansión, BlackRock se ha opuesto a 56 puntos del orden del día planteados por los consejos de 20 grupos del Ibex 35.
En 14 de las empresas, la rebelión de la institución estadounidense se debe a que considera que los sueldos de los consejeros ejecutivos no son transparentes, o están mal alineados con los intereses de los accionistas.
Así, BlackRock se pronunció contra los informes consultivos de remuneración en el año 2021 en Acciona, Acciona Energía, Sabadell, Cellnex, Colonial, Endesa, Iberdrola, Mapfre, Merlin Properties, Naturgy, Pharma Mar, Sacyr y Telefónica. Además, votó contra los planes salariales para los ejecutivos en los próximos ejercicios en Acciona, Endesa, IAG, Mapfre, Naturgy, PharmaMar y Sacyr.
La gestora, que maneja US$8,5 billones en activos y participa en todas las empresas del Ibex -en algunas como primer accionista- votó contra la ratificación o reelección de 26 consejeros en las grandes compañías españolas. Entre ellos están Javier de Paz (Telefónica), Emilio Saracho (IAG), Donald Johnston (Sabadell y Merlin Properties), Demetrio Carceller (Sacyr), María Luisa Guijarro (Cellnex) y Ramón Adell (Naturgy).
En muchos casos, el rechazo a los administradores se debe a que forman parte de los comités de remuneración que han aprobado planes salariales inadecuados a los ojos de BlackRock. Cuando no había miembros de ese comité en la lista de vocales sometidos a votación, la gestora mostró su disconformidad manifestándose contra la gestión del consejo, caso de Iberdrola y Endesa.
Fuentes del mercado explican que el nivel total de los emolumentos a los máximos directivos en las 14 empresas españolas sometidas a presión no es el problema. El propio Fink percibió US$66 millones en 2021, importe que multiplica por seis la retribución de los directivos del Ibex mejor pagados. La suma de las remuneraciones de todos los consejos del índice de la Bolsa española ronda los US$300 millones.
Más que el importe total, BlackRock suele criticar la falta de información o la discrecionalidad en la entrega de algunos bonus, y la fijación de objetivos a la hora de pagar la parte variable que no tiene en cuenta la rentabilidad para los inversores.
No todas las posiciones críticas de BlackRock en las juntas españolas tienen que ver con los salarios. En el caso de Acerinox, el gigante de Wall Street votó contra la gestión del consejo por la ausencia de un plan completo para limitar el impacto de sus actividades en el medio ambiente.
En Solaria, su pronunciamiento contra la elección de María Dolores Larrañaga se debe a la falta de independencia en el consejo. Por un motivo similar, no apoyó la gestión de ACS.
En la polémica junta de Indra, la firma estadounidense se opuso a la entrada en el consejo de Jokin Aperribay, propietario de Sapa y aliado del Gobierno español en el asalto a la cúpula de la consultora informática y de defensa.
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