¿Queremos que se pensionen nuestros hijos?

Una de las preguntas más frecuentes de los colombianos, es si se van a pensionar y si la pensión será suficiente o no para vivir al momento de retirarse. La pregunta se matiza, si se tiene en cuenta que de la población que por edad sería elegible a recibir una pensión, solo 12% lo hace. Es decir si el pasado es un buen predictor del futuro, la respuesta a dicha pregunta no es muy halagüeña.

Los colombianos viven más y cada nueva generación vivirá más de lo que hoy podemos estimar, debido a la mejora de la tecnología y el mejor y mayor acceso a servicios de salud. La expectativa de vida de las mujeres al momento de acceder a la pensión (57 años), incrementó en más de cinco años (de 23,2 a 29,7 años) y la de los hombres también va en aumento, aunque en menor medida (un poco más de tres años), aunado a una verdad casi irrefutable desde los datos es que las mujeres viven más que los hombres. Esta realidad genera una bomba de tiempo en la sostenibilidad financiera del sistema, y el conteo regresivo pareciese que nadie lo está notando.

De los colombianos que hoy reciben una pensión, 96% está pensionado a través de Colpensiones y otros regímenes que ofrecían beneficios en mejores condiciones, y solo el restante 4% está pensionado a través de Fondos Privados, situación que prueba la poca conveniencia de tener sistemas que compiten entre ellos, y el hecho de haber permitido un sistema de transición que aunque justificable políticamente, fue altamente inapropiado desde el punto de vista técnico. Requerimos estructurar de mejor manera a todos los agentes del Sistema de Pensiones, para lograr una complementariedad de los beneficios.

Tenemos un sistema reformado hace más de 20 años, donde hemos generado pensionados a cargo del régimen público que representan al Estado colombiano 3,52% del PIB anual o de manera equivalente 8,5% del presupuesto general de la nación ($224,5 billones al año). Súmenle a lo anterior que dichos subsidios (sí, estos pagos son considerados subsidios) se focalizan en un grupo poblacional de altos ingresos. Esto a todas luces es insostenible, y la responsabilidad que tenemos en conjunto líderes sociales, políticos y empresariales es inaplazable y constituye además una obligación moral dejar un legado a futuras generaciones.

Por el lado de los Fondos Privados, si bien dichos pensionados no le representan hoy un déficit al Estado, no es menos cierto que la pensión media de cada uno de estos jubilados está alrededor de dos salarios mínimos y representa una tasa de reemplazo de 30% del salario promedio cotizado. De continuar con esta tendencia, los dos sistemas no podrán coexistir impactando ello negativamente la sostenibilidad del sistema en general. El Régimen de Prima Media (RPM) representado fundamentalmente en Colpensiones compite por los cotizantes del sistema privado de pensiones, de forma que sus ahorros existentes en el Rais (Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad) se trasladen a pagar las pensiones de los actuales pensionados y esto no es ahorro, solo gasto.

No obstante dicha operación tiene serias consecuencias para el déficit futuro si la estructura del sistema pensional del RPM continua funcionando igual, por ello se requiere una reforma inspirada en el principio de igualdad, en el que los recursos aportados sean equivalentes a los retornados en la etapa de la pensión de vejez y que los subsidios estén dirigidos a las poblaciones menos favorecidas en lugar de la de altos ingresos.

Por otro lado, gran parte de los cotizantes de los fondos de pensiones no acumularán cuentas de ahorro que les permitan tener pensiones por el orden de las que otorga Colpensiones al momento de su retiro. Ningún sistema es mejor que otro, ambos son necesarios, y todos los colombianos debemos ser conscientes que requerimos ahorrar desde muy jóvenes, ahorrar una buena cantidad; entre más mejor, y ahorrar por el mayor tiempo posible.