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FINANZAS PERSONALES

Ilusión de las cuentas de ahorro

martes, 15 de marzo de 2016
La República Más
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María Teresa Macías

En muchos casos, el ahorro es el consejo familiar más recordado, pues ¿a quién no se le motivó de pequeño a tener una alcancía? 

A pesar de las recomendaciones, en nuestra economía capitalista, la mayoría de personas viven de la tarjeta de crédito y tras cada mes sus deudas van creciendo de forma exponencial, porque, en términos reales, abren un hueco más grande  para tapar otro.

Con mucho esfuerzo y dedicación, un consumidor racional empezará poco a poco a salir de sus créditos, empezando por aquellos que tengan un costo mayor, para poder emprender por fin la meta del ahorro. Cabe aclarar que no tiene sentido reservar dinero en ahorros mientras el endeudamiento se consume los ingresos a tasas más elevadas que las ofrecidas por las inversiones.

Sin embargo, ese mismo consumidor racional, pero poco informado, tendrá que darse cuenta que en Colombia tener una cuenta de ahorros es toda una odisea, pues las entidades financieras no solo ofrecen tasas de interés irrisorias que van desde  0,21% EA hasta 3,11% EA. Cabe aclarar a los menos expertos que estas tasas son la rentabilidad total ganada en todo un año, sino que también entre el pago de talonarios, cuotas de manejo, consulta de saldos, entre otros, en lugar de obtener en la cuenta de ahorros una ganancia de dinero, o por lo menos el mantenimiento de este, al final del tiempo, se obtendrá un menor valor. 

Para aclarar de mejor forma la situación, suponga que una persona se decide a ahorrar $50.000 mensuales durante un año, esperando tener al final del tiempo $600.000 para comprar un artículo que le interesa. Dependiendo la entidad financiera en la que decida colocar el dinero, podrá obtener al final de los 12 meses $324.840 o hasta un máximo de $562.814. Por tanto, ni siquiera obtendrá una compensación por la pérdida del valor adquisitivo del dinero. Por su parte, el banco habrá utilizado sus recursos para prestar dinero a tasas de interés que podrían superar 20%.

Como queda claro que las “cuentas de ahorro” solo tienen un nombre engañoso, pero no sirven para ahorrar ¿qué se debe hacer?. Lo mejor es invertir el dinero en otro producto financiero que como mínimo supere la tasa de inflación esperada a 2016, que para los expertos estará entre 4,2% y 6,33%. 

Si no encuentra el producto a través de su banco de confianza, contacte una comisionista de bolsa o un fondo de inversión que le ayudará a obtener mejores tasas de rentabilidad, aunque los montos mínimos a invertir serán más altos. El nivel de riesgo también variará acorde a los requerimientos de su perfil como cliente, pero no se desmotive, a mayor riesgo, mayor rentabilidad.

Por supuesto, si no se posee el dinero suficiente para invertir en los fondos no hay razón para el desánimo, ¡hay que empezar ya!. El primer paso es  cotizar el servicio de ahorro programado de la entidad financiera de confianza en donde es posible salir mejor librado. 

De otro lado, si los montos de ahorro son muy pequeños como para la opción enunciada en el párrafo anterior, el famoso “chanchito” nunca pasará de moda. Tenga en cuenta que si deja de consumir en chucherías $2.000 diarios, al final del mes tendrá un monto acumulado aproximado de $60.000 y al final de año $720.000, una cifra atractiva como para empezar con juicio a engordar la alcancía.

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