Renta corporativa seguiría en 35% aunque habría sobretasa en al menos tres sectores

A pesar que el proyecto de reforma tributaria busca apalancarse en mayor medida en el consumo (esto por la revisión al impuesto al valor agregado y el impuesto nacional de consumo), también se plantea una revisión a los impuestos de renta a las personas jurídicas, en búsqueda de la financiación del Presupuesto de 2026.

Aunque el gobierno no planea modificar la tasa general de renta para las empresas, de 35% (también conocido como impuesto de renta corporativa), se propusieron sobretasas por sectores que harían que la carga impositiva para las empresas ascendería a entre 40% y 50%.

Tal es el caso de las actividades extractivas, que en medio de la bandera del gobierno sobre la transición energética y el desestímulo a las fuentes convencionales, tendrían que asumir entre cinco y 15 puntos porcentuales adicionales si el precio promedio del carbón y del crudo, en el año gravable sujeto a declaración, se ubica en cierto percentil del precio medio de los últimos 120 meses.

En el caso de la banca, se contempla una sobretasa de 15% adicional al impuesto de renta y complementarios, lo que arrastraría la carga tributaria del sector financiera a 50%.

“Las empresas más afectadas serán las del sector bancario, los hidrocarburos, la minería y las energías fósiles, donde se establecen sobretasas y cargas adicionales”, apuntó Abel Cupajita, socio y director de Sescol Tax & Legal Abogados.

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Cupajita recalcó que aún es temprano para determinar qué tanto más crecerían los costos para las empresas en razón de que se deben tener en cuenta otros factores como las presiones en los flujos de caja, el cumplimiento y la formalización, por lo que “el incremento será heterogéneo”.

Sin embargo, Liliana Heredia, directora de la línea de tributación del Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, considera que las empresas cuyas actividades comerciales estén sujetas a la venta de bienes que arrastran el incremento en el IVA que propone el Ministerio de Hacienda, podrían tener un alza en los costos a raíz de una compensación parcial del tributo (que se traslada al consumidor final) en aras de no afectar sus ventas.

“Es posible, pero no seguro que, empresas cuyas actividades impliquen venta de bienes para los cuales sube el IVA, terminen asumiendo parte de la carga porque subir el precio con el incremento del impuesto podría afectar sus ventas; los productos que ven incrementadas sus tarifas no son de primera necesidad”, señaló Heredia.

Uno de los ejemplos de esta situación ya se vio con los juegos de suerte y azar en línea, quienes por la conmoción interior, asumieron un IVA de 19% a los depósitos que fue compensado por los operadores de la industria con la entrega de bonos.

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La estrategia pretendía evitar una caída en el número de apostadores y el fortalecimiento de la ilegalidad. Sin embargo, desde Fecoljuegos aseguraron que las casas de apuesta ya no están en la capacidad de asumir esta carga tributaria, por lo que mantener el IVA “haría inviable el negocio”.

Colombia tiene la tarifa más alta de la región

Aunque el impuesto de renta para las empresas no se alterará, el país todavía tiene el impuesto de renta corporativa más alto de América Latina, con 35%. De acuerdo con datos de PriceWaterhouseCoopers, la tasa de renta para las empresas colombiana solo se equipara con la de Argentina y está un escalón más arriba de Brasil y Venezuela con 34%.

En contraste, Paraguay, Bolivia, Panamá, Honduras y Uruguay tiene la tasa de renta corporativa más baja de la región con 10% para el primer país y los cuatro restantes que tienen una tarifa de 25%.