MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Colombia no es el único país que se está quedando sin bebés, varios mercados de la región atraviesan por una crisis de natalidad. Conozca los retos que esto implica
Histórico fertilidad
Desde 2004, las tasas de fecundidad han aumentado ligeramente en 10 de 38 países, mientras que el promedio ha disminuido 0,2%
La alerta en el cambio demográfico de los países es una problemática que se ha venido debatiendo en la última década, sobre todo en países de Europa, en donde la caída en su fertilidad ha llegado más rápido y ha impulsado cambios en las políticas económicas como aumentar la edad de la población para pensionarse.
Ahora, esta preocupación por un menor número de hijos también se ha popularizado en países latinoamericanos, los cuales tienen actualmente una población más joven en promedio, pero su número de nacimientos ha bajado año tras año.
En este contexto, ahora se habla de la tasa de reemplazo, el nivel de fecundidad necesario para que cada generación “reemplace” a la anterior, es decir, el número promedio de hijos por mujer necesario para ello, el cual se ubica en 2,1 de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde.

Pero el problema se ha hecho evidente porque múltiples organizaciones han reportado que de forma general, la población está por debajo de esta cifra. En el informe de la Ocde ‘Society at Glance 2024’ puso sobre la mesa que los países miembros se enfrentaban a una crisis demográfica al nacer menos hijos de los necesarios.
Para ese momento, el último año de reporte era 2022 y la tasa de reemplazo de la organización estaba en 1,58. Ahora, en noviembre de 2025 se publicó el reporte ‘Pensions at a Glance’ en el cual se recopilan datos más recientes de la tasa de reemplazo, 2024, y se revisan más países, no solo los miembros de la Ocde.
Y para el año pasado, la también llamada Tasa de Fecundidad, TGF, de la organización se ubicó en 1,46, es decir, bajó 12 puntos básicos en tan solo dos años. En el caso de Colombia, en 2022 su tasa estaba en 1,72 y en 2024 se ubicó en 1,62, es decir, 10 puntos básicos menos.
El organismo afirma que desde los años 60´s se ha experimentado este descenso, por lo cual, presentó la evolución poblacional cada 20 años (ver gráfico) iniciando desde 1964, luego 1984, y sucesivamente hasta llegar a 2024 y se pudo identificar que el primer descenso se detuvo temporalmente en la década de 2000, pero se reanudó luego de la gran crisis financiera de 2007-2008.
“Durante los últimos 50 años, se ha observado una convergencia constante en las tasas de fecundidad en los países de la Ocde. A principios de la década de 1960, Colombia, Costa Rica, Corea, México y Turquía tenían tasas que casi duplicaban el promedio de la Ocde, mientras que Hungría y Letonia apenas superaban la mitad. La desviación típica entre países disminuyó de 1,31 en 1964 a 0,29 en 2024”, explicó el organismo acerca de cómo han ido variando las tasas.
También señalan que desde 2004, las tasas de fecundidad han aumentado ligeramente en 10 de 38 países, mientras que el promedio ha disminuido 0,2%. Los aumentos desde un nivel muy bajo se han dado solo en unos pocos países como República Checa (+0,23), Hungría (+0,20), la República Eslovaca (+0,31) y Eslovenia (+0,33). En cambio, señalan que las mayores disminuciones, desde niveles relativamente altos, se han observado en Colombia (-0,74), Costa Rica (-0,70), México (-0,65) y Turquía (-0,58).
En el momento actual, los países de la Ocde que tienen la TGF más alta son Israel, que incluso supera la tasa de reemplazo con 2,8 hijos por mujer en 2024, seguido de México, con 1,89, y Nueva Zelanda, con 1,66. Pero si se ven otros países que no son miembros, en el top cinco con la mayor tasa de fertilidad son, después de Israel, Arabia Saudita con 2,3, Sudáfrica con 2,2, Indonesia con 2,1, e India cn 1,96 hijos por mujer.
Al otro extremo, los países con la menor tasa de fecundidad en este momento dentro de la Ocde son Corea del Sur con solo 0,7 hijos por mujer, luego Chile (1,1), Italia, Japón, Lituania y España, todos con 1,2 hijos por mujer. Pero no tomando solo los países miembros, el segundo país con menor tasa es China con 1,01 hijos por mujer, en parte como consecuencia de la política de limitar un nacimiento a las familias.
El informe fue más allá del registro histórico, y se presentaron las proyecciones poblacionales para dentro de 20 y 40 años en los países revisados, basados en análisis de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en su informe ‘ Perspectivas de población mundial 2024’.
En el promedio de la Ocde, cuya tasa en 1964 era de 3,27 hijos por mujer, de cara al futuro, se prevé que para 2044 sea de 1,51 y para 2064 logre incrementarse hasta 1,53, un aumento frente a la tasa actual, pero una caída de más de 50% en un siglo. Al observar Colombia, en 1964, el promedio de hijos por mujer estaba en 6,47, y con miras a un siglo después, en 2064, la tasa será 1,58, ligeramente por encima del promedio de la Ocde.
Pero el organismo no es tan optimista con las cifras previstas de nacimientos. “Las proyecciones anteriores han sobreestimado sistemáticamente las TFR. Las estimaciones anteriores de las TFR para 2025 se han corregido a la baja en casi todas las nuevas ediciones: mientras que la edición de 1994 seguía previendo una TFR media de 2,01 en 2025 en los países de la Ocde, en la edición de 2024 la estimación había disminuido a 1,46”, explicó la Ocde sobre si la realidad corresponderá a las proyecciones en el papel.
Entre la principal consecuencia que ya se prevé que llegará con menos niños naciendo está el impacto a la relación entre la vejez (las personas cada vez viven más) y la edad laboral, (la cual se prevé que aumentará drásticamente), por lo que la Ocde señala que esto impondrá cargas adicionales a la población en edad laboral para financiar las pensiones de reparto y la atención de salud para las personas mayores.
Yoshiki Takeuchi, secretario general adjunto de la Ocde, expresó que “de no implementarse políticas que las contrarresten, estas tendencias demográficas provocarán una disminución de la fuerza laboral, sobrecargarán las finanzas públicas y ralentizarán el crecimiento económico”, y comentó que entre las políticas que se deberán considerar está “la promoción del empleo de personas mayores con buena salud y de mujeres, y el aprovechamiento óptimo de las habilidades de los migrantes”.
Teniendo en cuenta estas acciones que se tendrían que tomar, Stefano Scarpetta, director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Ocde, indicó que el número de personas de 65 años o más por cada 100 personas en edad de trabajar (entre 20 y 64 años) pasaría de 33 en el promedio de la Ocde en 2020 a para 60 personas en 2060.
Colombia, en 2020, fue el segundo país de la Ocde con menos personas (10) de ese rango etario por 100 personas en edad de trabajar, pero para 2060 pasaría a 49, para 2025 se ubicó en 33 personas, mientras que para 2050 estaría en 52 personas.
Aunque la óptica desde muchos sectores es impulsar que las mujeres tengan más hijos, Angela Vega-Landaeta, PhD. en demografía e investigadora del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana, indica que cambiar la tasa de reemplazo dependerá enteramente de las mujeres “No es una decisión de los gobiernos o de la empresa privada”.
Lo cual depende de los cambios de algunas de las situaciones que han llevado a este escenario, como mayores incentivos y seguridad económica a mediano plazo, facilidades en las condiciones del mercado laboral, que haya mejor remuneración en las actividades laborales formales e informales, así como reconocimiento y pago a las labores de cuidado que suelen ser no remuneradas y recaen generalmente en las mujeres.
Y aunque desde varias orillas se ve como negativa, la situación hay otras miradas, por ejemplo, la directora del Dane, Piedad Urdinola, ha destacado en múltiples ocasiones la oportunidad que tiene Colombia con lo que denomina como “bono poblacional”, una etapa en la que hay más personas en edad de trabajar (15 a 64 años) que dependientes económicos, que para 2025 alcanzaría 67,5%.
“Esta nueva realidad abre una ventana de oportunidades y retos para redireccionar y fortalecer las políticas públicas. Si se aprovecha con políticas que impulsen productividad, innovación, educación de calidad y empleo formal, seremos testigos de un crecimiento económico nunca antes visto, además, que sentaremos las bases para enfrentar el inevitable envejecimiento de la población”, expresó Urdinola.
Por esto, la forma que tendría el país para prepararse sería con inversión en capital humano, generación de empleo digno, cerrar brechas de empleabilidad entre hombres, mujeres y personas mayores, anticipar la escasez de cuidadores, asegurar pensiones sostenibles, promover la formación a lo largo de la vida y diseñar una política migratoria que sume talento, de forma que se prolongue el periodo de rejuvenecimiento poblacional. Esto se tendría que hacer urgente, pues para 2035 se cerraría este bono demográfico y habría más personas mayores de 80 años que bebés de un año en el mundo.
Ante la preocupación de que habrá menos personas que paguen las pensiones de los mayores, quienes terminarán siendo mayoría, antes de intentar que nazcan más bebés, una alternativa es apostar a la salida de la informalidad de las personas que están en edad de trabajar, para que así entren más recursos al sistema de pago de pensiones. El docente de Economía de la Universidad de los Andes, Andrés Álvarez, indica que esto se lograría por medio de la educación terciaria enfocada en adaptar la enseñanza a la demanda del mercado laboral
Si respondemos con oportunidades reales y con instituciones que generen confianza, Colombia podrá aprovechar su bono demográfico antes de que se cierre la ventana
La tasa de fecundidad viene en pique y, según los datos revelados por el INE, este año es de 1,16 hijos, 10,77% más baja que en 2020
A nivel nacional, la tasa de fecundidad promedio es de 1,4 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional ubicada en 2,1