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Colombia no es el único país que se está quedando sin bebés, varios mercados de la región atraviesan por una crisis de natalidad. Conozca los retos que esto implica
La natalidad de Argentina cayó 40% en una década
A nivel nacional, la tasa de fecundidad promedio es de 1,4 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional ubicada en 2,1
Argentina atraviesa la caída de nacimientos más profunda de su historia reciente. En 2023 se registraron 460.902 nacimientos, frente a los 495.295 de 2022; si se compara con 2014 -cuando la cifra superaba los 770.000- el desplome ronda 40,1%, uno de los registros más acelerados de América Latina. Este fenómeno no solo achica la base poblacional, también se está reconfigurando la estructura de los hogares, la edad a la que se ejerce la maternidad y la distribución etaria del país.
Los estudios demográficos muestran que esta tendencia combina procesos de largo plazo con cambios recientes que aceleraron la caída. En los últimos 10 años el descenso se profundizó de manera abrupta por dos factores principalmente, entre ellos un cambio cultural en las nuevas generaciones, es decir, los jóvenes que toman decisiones reproductivas con mayor autonomía y que se alejan de los mandatos tradicionales sobre la maternidad; por otro lado, la adopción masiva de métodos anticonceptivos altamente efectivos, como los implantes subdérmicos, que ampliaron la capacidad de planificación reproductiva y redujeron embarazos no deseados.

Ante esto, Rafael Rofman, doctor en demografía e investigador principal de Cippec, aseguró que la principal causa de la caída de nacimientos en Argentina tiene que ver con la transición demográfica y su proceso de largo plazo. “En el corto plazo esto se aceleró, en los últimos 10 años se aceleró mucho y eso fue fundamentalmente por un cambio cultural con una nueva generación de jóvenes más empoderados, más decididos a tomar decisiones sobre su fecundidad y menos dispuestos a acertar mandatos históricos”, afirmó.
La consecuencia inmediata de esta baja fecundidad es el envejecimiento acelerado de la población, por ende, una sociedad con menos nacimientos y más adultos mayores obliga a reformar sistemas completos entre ellos, el educativo, porque hay menos niños; el previsional ya que crece la proporción de personas mayores; y el de salud, debido a que predominan enfermedades crónicas más costosas de atender.
El estudio más reciente del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral, muestra hasta qué punto esta tendencia ya transformó a los hogares argentinos. Según el informe, cerca de 57% de las viviendas no tiene menores de 18 años, mientras que en 1991 esa proporción era apenas de 44%. Paralelamente a este, crecen las familias monoparentales y los hogares unipersonales pasaron de 13% en 1991 a 25% actualmente. Además, el país también registra un fuerte incremento de la población de adultos mayores ya que las personas que superan los 85 años representaban 1,5% de la población en 1991 y hoy alcanzan 11,8%.
“La baja fecundidad, el primer impacto que tiene es que hace que la sociedad sea más vieja, vamos a tener más adultos mayores y menos niños en nuestra sociedad. Eso es lo que implica que hay que hacer cambios importantes en la manera como nos organizamos. Hay que cambiar el sistema educativo, porque tenemos menos niños; hay que cambiar el sistema de pensiones, de jubilaciones, porque vamos a tener muchos más adultos mayores; hay que cambiar el sistema de salud, porque nos enfermamos y fallecemos por causas distintas a las que nos enfermaban y nos mataban hace 100 años”, recalcó Rofman.
Por otro lado, la postergación de la maternidad es otro componente clave del fenómeno. La edad promedio del primer hijo se desplaza hacia la franja de 30 a 34 años, asociada a mayores niveles de formación académica, expectativas laborales y cambios en las prioridades personales. A nivel nacional, la tasa de fecundidad promedio es de 1,4 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional ubicada en 2,1. En la Ciudad de Buenos Aires, el valor cae a 0,9, uno de los más bajos del continente.
Debido a esto, expertos aseguran que estos cambios expresan transformaciones más profundas: vínculos familiares más frágiles, un aumento del individualismo y una presión creciente sobre las mujeres, que concentran la mayor parte de las tareas de cuidado. Por ende, el desafío para Argentina no radica en revertir la caída de la natalidad, sino en adaptarse de manera urgente a la nueva estructura demográfica, esto implica reconocer que el país camina hacia una sociedad más envejecida, con menos niños. Diseñar políticas capaces de sostener esa transición será determinante para evitar que el cambio poblacional se convierta en un problema estructural.
Un sistema educativo con menos jóvenes
A pesar del repunte de lo últimos años, la educación superior argentina atraviesa un ajuste silencioso. Las universidades deberán adaptarse a una base poblacional más reducida en el país.
Universidad de Buenos Aires
La Universidad de Buenos Aires es la institución con mayor cantidad de matriculados del país, con más de 326.000 estudiantes. Esta cifra está por encima del promedio histórico, el cual ronda los 300.000 alumnos.
Universidad de Córdoba
La Universidad Nacional de Córdoba concentra 158.625 alumnos, lo que la posiciona como la segunda institución con mayor volumen académico. Su crecimiento durante décadas se explica por la diversidad de facultades y su demanda regional.
Universidad de La Plata
La Universidad Nacional de La Plata cuenta con aproximadamente 116.182 alumnos registrados. Estos son distribuidos entre carreras clásicas con las que cuenta la Universidad entre ellas Arquitectura, Humanidades y Ciencias Exactas.
Universidad Tecnológica
La Universidad Tecnológica Nacional registra 108.986 alumnos y se caracteriza por su modelo federal con facultades regionales. Su especialización en ingeniería y tecnología la ubica como un actor estratégico en formación técnica.
Universidad de Rosario
La Universidad Nacional de Rosario reúne cerca de 96.801 estudiantes y se afianza como uno de los centros académicos más influyentes del litoral. Su combinación de investigación, extensión y oferta profesional sostiene una demanda constante.
Argentina mantiene 89.792 militares activos en 2025
El peso del personal militar y de seguridad dentro de la estructura estatal argentina se ha mantenido relativamente estable en los últimos años, representando entre 51% y 56% del total, según los registros de enero de cada año desde 2008. Aunque la proporción muestra leves oscilaciones, la tendencia general indica que este sector continúa siendo el componente dominante dentro del empleo público nacional. Para 2025, la participación vuelve a ubicarse en torno a 53%, reflejando que, pese a los ajustes presupuestarios y las reestructuraciones internas, el segmento militar conserva una presencia significativa dentro de la administración.
Los estudiantes ya representan 5,5% de la población
La evolución de la matrícula universitaria en Argentina muestra un crecimiento sostenido a lo largo de las últimas cuatro décadas, tanto en términos absolutos como relativos a la población total. Mientras el país pasó de poco más de 29 millones de habitantes en 1983 a más de 46 millones en 2022, el porcentaje de estudiantes universitarios dentro del total poblacional se duplicó ampliamente pasando de 1,2% a 5,5%. Este incremento en los últimos años revela una ampliación significativa del acceso a la educación superior, en paralelo con políticas públicas orientadas a la masificación del sistema y la expansión institucional en distintas regiones.
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