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Colombia no es el único país que se está quedando sin bebés, varios mercados de la región atraviesan por una crisis de natalidad. Conozca los retos que esto implica
Situación de natalidad en Venezuela
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Mientras en 2014 se contabilizaron 576.000 nacidos, en 2023 la cifra cayó a 427.000, según el Instituto Nacional de Estadística
Venezuela es, quizá, uno de los países que ha experimentado los cambios más profundos en la composición de su población en los últimos 25 años. La migración masiva de venezolanos hacia otros países de América Latina, Estados Unidos y Europa, impulsada por el deterioro de las condiciones de vida, ha sido uno de los principales catalizadores de esta transformación demográfica.
De acuerdo con los datos de Naciones Unidas, la población venezolana en 2024 se ubicó en 29,3 millones frente a 33,8 que se habían proyectado en 2015; la organización supranacional atribuyó este cambio a los efectos de la migración, el incremento de la mortalidad y los nacimientos no ocurridos.
Al poner la lupa sobre la situación de la natalidad en Venezuela y su impacto en factores como la tasa de reemplazo, la fecundidad y las matrículas escolares, se observa que el país no es ajeno a la tendencia mundial de desaceleración de los nacimientos ni a sus efectos sobre el envejecimiento poblacional.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela, entre 2014 y 2023 el país registró 149.000 nacimientos menos: mientras en 2014 se contabilizaron 576.000 nacidos, en 2023 la cifra cayó a 427.000.
Los efectos de la desaceleración de los nacimientos se reflejan en el descenso de la tasa de fecundidad en Venezuela, entendida como el número de hijos por mujer. Mientras que en 2014 esta tasa era de 2,3 hijos por mujer, en 2023 cayó hasta 2,08.
De acuerdo con John Torres, jefe de investigaciones económicas de Native Capital Management, esta caída puede explicarse por una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral y por la incertidumbre política y económica, factores que llevan a aplazar la decisión de tener hijos.
“Una mayor escolaridad y participación laboral femenina ha llevado a muchas mujeres a postergar la maternidad para enfocarse en su educación superior y su carrera profesional. A ello se suman la incertidumbre económica y la precariedad laboral, que generan dudas sobre la estabilidad de los ingresos futuros y el alto costo de criar”, señaló.
Este descenso en el número de nacimientos tiene consecuencias directas sobre la tasa de reemplazo en Venezuela, entendida como el número de hijos necesarios para garantizar el relevo generacional y la sostenibilidad del sistema pensional. Al revisar su comportamiento en las últimas dos décadas, se evidencia una caída de 2,6 en 2005 a 2,1 en 2025.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, advirtió que “el envejecimiento de la población generará presiones fiscales más fuertes, a medida que aumenten los gastos gubernamentales, incluidos los de pensiones, servicios de salud y atención a personas mayores, junto con una posible disminución de los ingresos públicos debido a la reducción de la población en edad de trabajar”. En este contexto, Torres propuso la implementación de incentivos fiscales.
“Revertir estos cambios culturales es un proceso de muy largo plazo, pero se pueden implementar políticas públicas que reduzcan los costos y las barreras para tener hijos. Por ejemplo, un mayor acceso a servicios de cuidado infantil subsidiados, incentivos fiscales y económicos, como beneficios tributarios por hijos, subsidios directos o educación gratuita, entre otros”, agregó Torres.
El descenso en el número de nacimientos también se refleja en el sector educativo, particularmente en la cantidad de menores inscritos en la educación básica y secundaria.
“Revertir estos cambios culturales toma tiempo, pero se pueden implementar políticas que reduzcan las barreras para tener hijos, como subsidios e incentivos”.
Según cifras de las Naciones Unidas, en el vecino país el número de menores inscritos en educación primaria, tanto pública como privada, pasó de 3,46 millones en 2011 a 3,54 millones en 2024. En el mismo sentido, la matrícula en educación secundaria aumentó de 2,52 millones en 2015 a 2,69 millones el año pasado.
Sin embargo, estas cifras ocultan un rezago en la cobertura educativa. El INE venezolano señaló que en 2024 la cobertura de la población entre tres y 24 años se mantuvo estancada en 66% por segundo año consecutivo, lo que implica que, de un potencial de 11,6 millones de estudiantes, solo 7,7 millones están efectivamente escolarizados.
“La variación en el volumen de población escolarizada durante el último período académico sigue siendo modesta. La cobertura total no ha conseguido remontar a los niveles alcanzados antes de la pandemia”, concluyó el INE.
Sumada a la crisis de natalidad que afecta a la mayoría de países de América Latina, las tensiones políticas y diplomáticas con Estados Unidos y la ausencia de un registro riguroso sobre el número de personas que se incorporan a las fuerzas militares venezolanas impiden contar con una cifra exacta.
Aunque el presidente Nicolás Maduro ha afirmado que dispone de ocho millones de venezolanos “listos para defender al país”, el informe más reciente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos señala que Venezuela cuenta con 123.000 tropas activas, además de 220.000 milicianos y 8.000 reservistas, para un total de 351.000 efectivos.
La ausencia de registros oficiales del Instituto Nacional de Estadística y del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería dificulta conocer cuántos venezolanos han obtenido su documento de identidad en el último quinquenio.
No obstante, ante la intensificación de la migración hacia otros países de la región, el número de solicitudes de Permisos de Protección Temporal (PPT) ha mostrado un aumento sostenido desde el inicio del éxodo. De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, en 2024 se contabilizaban 2,3 millones de personas con PPT, de un total de 2,8 millones de migrantes venezolanos.
La Universidad Central de Venezuela registra el mayor número de matriculados, con 62.000 estudiantes. Sin embargo, la imprecisión de la información sugiere que el número real podría rondar apenas los 20.000, muy por debajo del promedio histórico.
La Universidad Rafael Belloso Chacín es la segunda institución con mayor número de estudiantes matriculados en pregrado, con un total de 43.000. Ofrece programas en áreas como Administración, Ingeniería, Derecho, Comunicación Social y Educación.
La Universidad Pedagógica Experimental Libertador es la institución que registra la caída más pronunciada en el número de estudiantes inscritos: una reducción cercana a 60.000, al pasar de 105.000 matriculados en 2012 a 45.000 en 2021.
La Universidad de Carabobo reportó 29.762 estudiantes inscritos en su informe más reciente, aunque estimaciones externas indican que la cifra podría ascender a 65.000. En ese mismo sentido, el año pasado se graduaron 2.040 estudiantes de este claustro.
La Universidad del Zulia completa el grupo de las cinco instituciones de educación superior con mayor número de estudiantes, al registrar 28.000 inscritos. La modalidad API indígena le permitió, en abril del año pasado, incorporar a 291 estudiantes.
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