MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Colombia no es el único país que se está quedando sin bebés, varios mercados de la región atraviesan por una crisis de natalidad. Conozca los retos que esto implica
Baja Natalidad y Cambio en los Modelos de Salud en América Latina
El fenómeno, lejos de ser aislado, se replica en la región. En Chile, por ejemplo, el número de nacimientos cayó a 154.441 en 2024
En los pasillos de muchos hospitales latinoamericanos, el llanto de los recién nacidos comienza a escucharse con menor frecuencia. La región está entrando en una transformación en la que cada año nacen menos bebés. Y aunque la noticia podría parecer un alivio para sistemas de salud saturados, la realidad avanza en dirección contraria. La caída de nacimientos deja en el limbo a servicios que dependen del flujo constante de partos: obstetricia, neonatología, unidades de alto riesgo y programas de lactancia.
Colombia es uno de los países donde este cambio se siente con mayor fuerza. Entre enero y julio de 2025 nacieron 243.870 bebés, una reducción de 6,6% frente al año anterior, según el Dane. Más preocupante aún es la tasa global de fecundidad, que cayó en 2024 a 1,1 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2,2. Esta cifra abre un interrogante ¿cómo deben adaptarse los sistemas de salud a un futuro con menos partos y población más envejecida?
Víctor Raúl Castillo Mantilla, presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia, señaló que regiones como Santander registran una disminución de 30% en nacimientos entre 2024 y 2025. En esa zona, la Clínica de Chicamocha cerró por completo su servicio de maternidad ante la falta de pacientes. Este tipo de cierres no son solo un síntoma; revelan el riesgo de perder capacidad instalada. Según los análisis de Así Vamos en Salud, entre enero de 2024 y enero de 2025 se redujo 6,3% la capacidad instalada en las unidades de cuidado intensivo neonatal. Para julio de 2025, la caída llegó a 7,5%. La reducción de camas obstétricas (de trabajo de parto, parto y postparto) fue de 7,1% en el mismo periodo.

La Clínica del Occidente, en Bogotá, es uno de los casos más recientes. La institución anunció el cierre total de sus servicios de obstetricia y neonatología desde el 9 de mayo de 2025. Hace tres años atendían 320 partos mensuales; hoy apenas 60. La reducción de 81,5% volvió insostenible mantener la operación con los mismos costos.
Para Jenny Patricia Castillo, ginecóloga y obstetra del Hospital Infantil Universitario San José, el escenario es irreversible. Aunque su hospital ha visto aumentar temporalmente el número de partos por el cierre de otros centros, destacó que el volumen real de nacimientos continúa disminuyendo. “Las UCI neonatales requieren inversiones enormes. Si no hay nacidos suficientes, el sistema no lo soporta”, agregó.
El fenómeno, lejos de ser aislado, se replica en la región. En Chile, por ejemplo, el número de nacimientos cayó a 154.441 en 2024, 11% menos que el año anterior y 38,5% menos que hace una década. La tasa bruta de natalidad se desplomó a 7,7 por cada 1.000 habitantes, casi la mitad de lo registrado diez años atrás. El resultado ha sido que los hospitales reducen camas obstétricas, clínicas cierran maternidades y los partos migran hacia centros especializados en embarazos de alto riesgo. La Clínica Dávila Recoleta pasó de 8.000 partos en 2014 a solo 1.500 en 2024. RedSalud redujo sus camas gineco-obstétricas de 78 a 40.
En Argentina el panorama no es distinto. El Instituto Argentino del Diagnóstico y Tratamiento, Iadt, cerró su maternidad en 2022 por la falta de nacimientos que hiciera sostenible el servicio. El Instituto Médico de Obstetricia también cerró, y varias clínicas del conurbano bonaerense desactivaron sus áreas obstétricas porque la caída en el volumen hacía imposible cubrir los costos.
Menos bebés no significan menos atención. Significan nuevas exigencias. Y para muchos hospitales, representan la necesidad de cambiar antes de que la infraestructura y los servicios obstétricos esenciales desaparezcan. Jenny Patricia Castillo, obstetra del Hospital Infantil Universitario San José, dijo que se requiere fortalecer la atención primaria y la salud mental. Insistió en la necesidad de recursos protegidos para obstetricia y neonatología, con modelos de pago que no dependan del volumen de partos.
Si respondemos con oportunidades reales y con instituciones que generen confianza, Colombia podrá aprovechar su bono demográfico antes de que se cierre la ventana
La tasa de fecundidad viene en pique y, según los datos revelados por el INE, este año es de 1,16 hijos, 10,77% más baja que en 2020
A nivel nacional, la tasa de fecundidad promedio es de 1,4 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional ubicada en 2,1