Adultos mayores son uno de los nuevos focos de las vacunas de GSK

Hoy en día se estima que los bebés que están naciendo podrían alcanzar los 142 años. En ese contexto, las personas de la tercera edad se han vuelto un mercado más que atractivo y el tratamiento de las enfermedades que afectan a esta población se ha convertido en una prioridad para los médicos y los laboratorios farmacéuticos. Por eso, será uno de los nuevos focos de las vacunas dentro de la estrategia de Glaxo Smith Kline (GSK).

La doctora Francesca Ceddia, cabeza del equipo de asuntos médicos del negocio de vacunas de GSK, explicó que actualmente esa parte de su grupo mueve 16% de los cerca de US$5.311,5 millones que vende la empresa al año. 

Solo las vacunas representan unos US$849 millones para GSK, y para lograr ese volumen, la farmacéutica fabrica  2,4 millones de dosis diarias contra 22 enfermedades y cuenta con 16 plantas en todo el mundo.

Gracias a los esfuerzos en vacunación, Colombia, por ejemplo, fue declarada como libre de sarampión en 2014 y 86% de los países del mundo recibe ampolletas de GSK. Sin embargo, para seguir mejorando las condiciones de salud de las poblaciones, Philippe Denoel, director de I+D externo del área de vacunas de la farmacéutica, cree que es necesario que el concepto de la vacunación evolucione desde algo que se hace solo para niños a algo que puede prevenir enfermedades en todas las edades y puede ayudar a tratar algunas otras.

Así, por ejemplo, Denoel considera que la vacunación de las madres gestantes es fundamental, explica cómo hay vacunas como la del Virus del Papiloma Humano (VPH) que son para adolescentes, y que hay vacunas que hasta son fundamentales de acuerdo con el estilo de vida del adulto, ya que dosis como la de la fiebre amarilla o la rabia no pueden faltarle a ciertos tipos de viajeros.

En ese sentido, el foco de la empresa en los adultos mayores pretende que en un futuro las neumonías, el alzhéimer, las infecciones crónicas, las enfermedades metabólicas y hasta algunos tipos de cáncer sean tratables con vacunas.

Además de eso, el otro negocio para las vacunas del futuro será las 80 infecciones emergentes que han sido identificadas en el mundo, y para eso, GSK cuenta con 20 vacunas en investigación y 14 en desarrollo. 

A pesar de eso, Denoel explica que la elaboración de una vacuna es un proceso complejo, que puede tomar entre ocho y 18 años de investigación, que puede llevarse una inversión de más de US$1.000 millones, y que las enfermedades que se están investigando actualmente para hacerlas vacunables, como el VIH o el dengue, son cada vez más complejas. 

Adicionalmente, Clive Blachtford, vicepresidente de calidad de vacunas de GSK, dijo que la manufactura de una vacuna es un proceso que puede tomar entre seis y 18  meses, y una vez hecha, cada ampolleta requiere procesos de cuidado de temperaturas que hacen muy difícil su transporte a algunas de las zonas más apartadas del mundo.

Por otra parte, Blachtford explicó que la creación de cada nueva planta puede tomar hasta siete años de trabajo y unos US$600 millones, y que lograr replicar el proceso de fabricación de una vacuna de una planta a otra puede tomar hasta dos años. 

Con la dificultad para incrementar la capacidad instalada, sumada a los problemas que implica la transferencia de tecnología de una fábrica a otra, la solución han sido las alianzas estratégicas con centros de investigación y otros laboratorios. 

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