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Dentro del sector productivo, no hay renglón que a esta altura no registra impacto negativo, mientras en Bogotá, las conversaciones entre Gobierno y Camioneros marchan a paso lento.
La industria regional tiene los efectos negativos más visibles. Más de 2.000 empleos están suspendidos o en ese tránsito, porque las empresas han parado la producción.
Sólo en Manizales, según el reporte de la Andi Caldas, unos 1.500 empleos fueron suspendidos lo que obligó a muchas firmas a mandar sus trabajadores a vacaciones. En Risaralda, señaló la Andi seccional, uso 600 empleos pararían de aquí al viernes de no levantarse el paro.
Lo que reportan las empresas es que por un lado no han podido despachar a clientes producto terminado en el mercado interno y externo, por lo que tienen las bodegas en su máxima capacidad, y tampoco han podido recibir materia prima para producir.
La problemática radica en que, si bien no hay bloqueos de vías, los transportadores en paro que están a los lados de las carreteras no permiten el paso de vehículos con carga pues son atacados, amenazados y dañados.
“La situación es muy complicada. Hemos trabajado con la Alcaldía y la Policía en implementar las caravanas y acompañamiento a los vehículos que han movido. Lo que pedimos es que los transportadores dejen trabajar a los que quieren laborar, que no los intimiden, que permitan que salgan a la calle, porque la situación es muy compleja”, dijo la gerente de la Andi Caldas, Irene Mejía.
“Las pérdidas son millonarias y seguramente esta parálisis va a afectar los indicadores de ventas y producción de febrero y marzo, porque las empresas no han podido facturar”, señala la gerente de la Andi Risaralda-Quindío, Lina Álvarez.
Las directivas coinciden que de continuar la protesta camionera más empresas se verían obligadas a parar sus plantas.
Pero si por allí llueve, en otros renglones no escampa. Los avicultores, a través de Fenavi, señalaron que tienen comida para suministrar a los animales para unos pocos días, mientras los comerciantes ya empiezan a sentir desabastecimiento de productos recurrentes de consumo.
El gerente de Camacol Risaralda, Gustavo Aristizábal, señaló que entre los proveedores, constructores y afiliados hay quejas de baja de inventarios de cemento y de materiales como hierro. “Desde hace 15 días no reciben suministros en forma y se han defendido con los inventarios o con lo poco que ha podido pasar por las carreteras, pero la situación está tendiendo a la parálisis. Si en los próximos días no se normaliza la situación ya se empezará a ver obras paradas”, sostuvo.
El presidente del Comité Intergremial de Caldas, Gilberto Saffón, señaló que el derecho a hacer protesta está en la Constitución y hay que respetarlo, pero les pidió a los promotores del paro que cesen intimidades con los transportadores que quieren trabajar, porque esa es la democracia.
“El país va a perder algo en el producto interno bruto de lo que no se ha podido producir y mover. Ojalá que el Gobierno y transportadores lleguen a un acuerdo que le sirva a la competitividad, no sólo de los transportadores, sino del país”, sostuvo.
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