.
ECONOMÍA

Los estragos del río Cauca en Risaralda y sus mínimos históricos

lunes, 18 de enero de 2016
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

LR

Vea más notas sobre los ríos de Colombia en http://www.larepublica.co/tags-lr/r%C3%ADos-de-colombia

El gran Cauca muestra playones a mitad de su anchura y los ríos aledaños que desembocan en él lo hacen con muy poca intensidad. Casi que es posible atravesar caminando de un lado a otro el río arriba de la desembocadura del río Risaralda, y afluentes como el río Cañaveral no llegan a estar más arriba de las rodillas.

El contraste hoy, cuando el país sufre el peor de los Fenómenos del Niño, a la emergencia que se vivió en el 2011 a causa de los desbordamientos del Cauca, es sorprendente. Hace cinco años, el 90 % de La Virginia estaba inundado y hoy el 90 % de La Virginia que vive de lo que trae el río, espera que su caudal aumente.

“Cada día a las 6 de la mañana el río ya tiene que estar monitoreado, procedimiento que se repite a las 5 de la tarde. Las variaciones en el día son muy relativas, hay días en que la medición de la mañana se mantiene a la de por la tarde, pero en cambio hay otros en que la diferencia se marca entre 20 o 30 centímetros, y mire, eso se marca ahí en la orilla donde está la regleta de medición, pero póngase a pensar que eso mismo influye a lo ancho y largo del río y eso ¿cuánta agua no es? uno entonces se preocupa”, comenta Jesús Guillermo Villamar, bombero La Virginia mientras revisa el cuaderno de registros.

“Hoy por ejemplo el nivel está en 56 cm, pero el 5 de enero estuvo en 16 cm, y niveles así no son fáciles de ver”.

Una medición en día normal sin altas temperaturas y sin intensas lluvias, según la experiencia de los bomberos, es que el Cauca no registre un caudal por debajo del metro, pero que tampoco supere un caudal de dos metros.

Racionamiento en las veredas

La Palma y El Aguacate son las dos únicas veredas que tiene La Virginia. Estas al contrario de la zona urbana del municipio cuya fuente hídrica para el suministro de los habitantes es el río Totuí, cuenta con las quebradas Chorimal, Morelia, Madrón, y Aguacate, las cuales han reducido su caudal en casi un 50 % por lo que actualmente se están realizando racionamientos en las noches.

Por el momento, el alcalde de La Virginia, Javier Ocampo, ha indicado que se está tramitando un convenio con la empresa Aguas y Aguas de Pereira para tener un plan de contingencia dado el caso en que dichos afluentes no alcancen a suministrar el líquido vital a todos los alrededor de 32 mil habitantes de La Virginia.

Incendios de cobertura vegetal

En lo que va corrido del año, tres han sido los incendios de cobertura vegetal, uno de ellos en cultivos de caña, que según el secretario de Gobierno de La Virginia, James Arbeláez, se deben a la inconsciencia de la gente de arrojar basuras, como plásticos o vidrios en los arbustos, lo que ocasiona que junto a los calientes rayos del sol se provoquen incendios, que gracias a la oportuna reacción de los bomberos no han sido de gran magnitud.

“Las recomendaciones no solo deben tomarse en cuenta en época de emergencia, o cuando hay mucha agua por lluvias o cuando hay intenso calor. La basuras deben depositarse en los lugares adecuados y no a los ríos ni a las zonas verdes porque esto representa un peligro para toda la comunidad.

La cañerías se tapan si hay lluvias a causa de las basuras y si no hay lluvias una botella de plástico o hasta el vidrio que esté tirado en arbustos en contacto con hojas secas puede crear llamas a causa del sol y así propagar una tragedia”, indica Arbeláez.

Las recomendaciones para esta época de intenso calor por parte de los bomberos son similares. No arrojar basuras a las fuentes hídricas, ni a las zonas verdes. No realizar quemas de basuras o de vegetación, y tener precaución cuando se hagan los tan apetecidos paseos de olla, de no confiarse por el nivel que pueda tener el río a la orilla, es el voz a voz que hoy circula entre los virginianos.

Fenómeno de El Niño arrebata materia prima de los areneros

Desde antes de que se ilumine el día, los hombres con la tez quemada por los rayos del sol, callos en sus manos y responsabilidades a cuesta del llamado “Puerto dulce de Colombia”, se alistan para iniciar una jornada que estará cargada de sudor, fuerza, pero sobre todo mucha agua dulce y resistencia sobre la misma.

Se trata de los sacadores y paleros, que parecen ser lo mismo pero que uno se diferencia del otro porque el primero trabaja bajo el agua del río y el otro sobre su ribera, ellos, quienes a tan solo 40 minutos del centro de Pereira dan la bienvenida a La Virginia, cuando se atraviesa el puente sobre el majestuoso río Cauca mientras las volquetas salen llenas del material sustraído del fondo del afluente por estos hombres de río.

Entre las canoas, la arena y la palas, no hay mujeres presentes. El trabajo es pesado y el hombre es quien se encarga de ello. También hay menores de edad, que dicen estar solo por época de vacaciones “para comprar los cuadernos o tener algo que hacer en todo el día”, comenta uno de los menores presentes.

Nelson Clavijo tiene hoy 51 años y desde los 11 no recuerda haber trabajado en otra cosa que no tenga que ver con el río. “Yo crecí en el río y no sé hacer otra cosa que no sea con él. Acá muchos no sabemos de construcción, no sabemos de café, sabemos del río y es de acá es que obtenemos nuestro sustento a diario y el de nuestras familias”, comenta Clavijo que paró su pala a un lado para abrirnos este espacio de conversación bajo el sol ardiente de las 11 a.m.

Trabajando con el mínimo por doble esfuerzo

Entre $20.000 y $25.000 libres por siete metros de arena que sacan entre dos personas se está ganando a diario cada uno de estos hombres del río, sin embargo esto representa desde hace más de cinco meses, la mitad de la producción que cada pareja puede hacerse en época en que las condiciones del río son las normales.

Una lancha utilizada por los areneros puede cargar entre 6 y 7 metros de arena, cuando las condiciones climáticas lo permiten y la acción alcanza a repetirse una vez más, pero con la fuerte ola de calor el material empieza a escasear y las posibilidades de ir río arriba a buscarlo se limitan, pues las lanchas empiezan a quedar detenidas al tropezar con la arena o con las piedras.

“El río siempre ha sido y es una fuente de trabajo para el 90 % de los habitantes de La Virginia, a otros no les sirve porque los demás trabajan en el Ingenio o en construcción, pero a nosotros sea como sea, crecido o seco, de todas maneras es el que nos da de comer”, indica Clavijo mientras señala a dos hombres en una canoa a pocos metros de la orilla. Uno se sumerge y saca un balde de arena medio lleno y otro, que encima de la barca, le recibe.

“Ellos por ejemplo están desde muy temprano en la mañana y va siendo casi medio día y no han sido capaz de llenarla. Es esa la condición que hoy vivimos los que trabajamos con el río. El intenso calor nos afecta a todos y parece que va pa’ largo”, dice el palero, que entre risas agrega “antes alcanzaba para la carne y la cerveza, ahora solo alcanza para la carne".

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE ECONOMÍA

Laboral 19/04/2024 Centros de estudios pidieron al Gobierno hacer otros ajustes a la reforma pensional

Para el miércoles de esta semana, casi 33% de los artículos contenidos en la reforma pensional fueron aprobados por el Congreso

Hacienda 16/04/2024 Amcham Colombia propone un pacto entre empresarios por crecimiento económico

La generación de empleo formal y la capacitación a las pymes son dos de las propuestas a ejecutar a favor de la iniciativa

Salud 16/04/2024 La Adres reportó que el giro que hizo en febrero para las EPS e IPS fue por $7 billones

De este monto, $3,78 billones fueron para el régimen contributivo y $3,35 billones se destinaron a la financiación del régimen subsidiado