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PIB de la capital creció 2,2% en el tercer trimestre de 2017.
El ajuste económico que vivió el país el año pasado se repitió no solo en sectores y actividades. Las ciudades también sintieron su efecto, como es el caso de Bogotá, donde el crecimiento se frenó, aunque sin afectar el comportamiento de sus finanzas.
De acuerdo con la Secretaría Distrital de Hacienda, el presupuesto de la ciudad para 2017, que fue de $18,7 billones, logró una ejecución de 92%, tanto en los componentes de inversión como en los de gastos de funcionamiento.
Sin embargo, nuevamente el sector de movilidad fue uno de los rubros que tuvo menor ejecución, igual que en el primer año de la administración de Enrique Peñalosa. Esta vez, como consecuencia de los retrasos en los planes de algunas obras.
La secretaria de Hacienda, Beatriz Arbeláez, explicó que “los problemas de ejecución corresponden específicamente al componente Transmilenio, porque se tuvieron que aplazar algunas de las inversiones que habían pensado para el año pasado”.
Dentro de estas obras entra la troncal de la Carrera Séptima y la actualización de algunas estaciones, que según las cuentas del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), verían luces este año.
La peor ejecución de su inversión fue del sector jurídico de la Alcaldía, que apenas llegó a 70%, a pesar de ser un monto bajo ($70.000 millones), junto con movilidad, ya mencionado, que apenas logró ejecutar 79% de los $1,5 billones que le fueron asignados.
En contraste, los sectores que tuvieron mayor ejecución en la ciudad el año pasado fueron el de educación, que logró una ejecución de 99% de su presupuesto de inversión de $3,5 billones; seguido de sector gobierno, que logró ejecutar también 99% de sus apropiaciones.
Para la secretaria Arbeláez, “esto es un comportamiento normal y es muestra de la buena salud económica de la ciudad”. Otros sectores que tuvieron una ejecución presupuestal destacada fueron: desarrollo económico, industria y turismo ($73.000 millones), con 98%; seguido del sector de integración social, que tuvo uno de los presupuestos más altos ($1,04 billones), y un monto ejecutado de 98%.
Otro hecho que da señales positivas de la economía de la ciudad es el crecimiento de 2,2% para el tercer trimestre del año, reportado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Aunque hay una desaceleración en el avance de la economía en la ciudad frente a años anteriores, como en 2015 cuando llegó a crecer 5% en el periodo, mantuvo una cifra más alta que el desempeño nacional.
En el trimestre, la economía de la ciudad tuvo un buen desempeño en los rubros de servicios financieros, creciendo 4,5%; así como los servicios sociales, que tuvieron una variación de 2,9%. Pasaron raspando el comercio (1,4%) y el suministro de servicios públicos (0,7%). El resto de sectores tuvieron contracciones, que presionaron el dato hacia el resultado de 2,2% del periodo.
Este fue el crecimiento más bajo para un tercer trimestre de los últimos cuatro años, aunque la esperanza es que, gracias a la baja dependencia petrolera de la ciudad, se reactive rápidamente la economía. “La caída del crecimiento del PIB que ha tenido Bogotá, en particular obedece a que el bajo crecimiento del país le pasó factura por concentrar el grueso de las inversiones y de movimiento económico de todo lo que va mal”, consideró Silva.
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