Ir a Estados Unidos sin visa es aún un sueño para los colombianos

En entrevista con este diario, el embajador de E.U. en Colombia, Kevin Whitaker, también reafirmó el apoyo al proceso de paz que se adelanta con las Farc y descartó que su Gobierno haya recibido alguna solicitud formal para que Ricardo Palmeras, alias “Simón Trinidad”, sea excarcelado por la justicia de su país para que haga parte de la mesa de negociaciones en La Habana.

El diplomático resaltó los buenos resultados que ha dado en Medellín, en un año, el Centro de Atención al Solicitante de Visa, pero descartó que los colombianos puedan, en el corto plazo, viajar a E.U. sin ese documento por cuanto las tasas de negación de visado están por el 11 por ciento, cuando lo deseable es que sea por debajo del 3 por ciento.

¿Cuál es el balance del Centros de Atención al Solicitante de Visa (CAS) en Medellín después de un año de operaciones?
Estamos muy contentos. El CAS ha sido muy efectivo en hacer más fluido el proceso de pedir una visa. Estamos operando full time, lo que quiere decir que los funcionarios que trabajan allí están realmente ocupados. Estimamos que hasta un 20 por ciento del total de los solicitantes de visa del país hacen uso del Centro en Medellín.

¿La Embajada ha pensado en abrir más CAS en otras ciudades del país?
Hasta el momento, no. Es una cuestión de negocios. Si el mercado es suficientemente grande, vale la pena. En Medellín, sin duda, ha sido muy rentable.

¿Qué tan cerca está de cumplirse el sueño de los colombianos de viajar a Estados Unidos sin visa?
Creo que es un proyecto a largo plazo pues hay varios elementos necesarios: el primero, compartir la base de datos de criminales y terroristas, y eso sí se puede solucionar. Segundo, tener un pasaporte que se pueda leer por máquina, y Colombia anda haciendo eso con los nuevos pasaportes. Tercero, lograr una tasa de rechazo de visas por debajo del 3 por ciento. Colombia tiene hoy una tasa de rechazo del 11 por ciento; no es una cifra mala, pero está bastante arriba de la cifra indicada.

¿Se ha agilizado el proceso de las renovaciones?
De la gente que ya tiene una visa, una tercera parte no necesita ser entrevistada de nuevo para la renovación. Basta con hacer la solicitud a través de correo electrónico y por ese mismo medio puede ser aprobada.

¿Y para entrar a Estados Unidos?
Estamos involucrados en un esfuerzo para implementar el Global Entry acá en Colombia. Consiste en que personas muy calificadas puedan pasar muy rápido por migración y aduanas en Estados Unidos. Es otro costo, creo que muchos colombianos podrán utilizar esa herramienta próximamente.

En enero usted reconocía que gracias a la fumigación habían bajado los cultivos ilícitos de coca, ¿qué va a pasar ahora con la decisión de suspender el uso del glifosato, ¿le preocupa el tema al gobierno de Estados Unidos? ¿Qué alternativa está pensando su gobierno si se llega a aplicar esta medida?
Esa es una decisión soberana del gobierno de Colombia y la respetamos plenamente. Tenemos una relación muy fluida con la Fuerza Pública y tenemos muchas herramientas con las que podemos seguir ayudando a Colombia en esa lucha. Por ejemplo, se puede enfocar la interdicción, perseguir los laboratorios de coca que, además de producir cocaína, son una fuente de contaminación. Finalmente, compartir información de inteligencia que tenemos con los colombianos para que puedan hacer mejor su trabajo de interdicción. Ahora bien, si Colombia decide enfocarse más en la erradicación manual entonces vamos a buscar maneras de ayudar en eso también.

Las Farc han reconocido que se dedican al negocio del narcotráfico, ¿cree que después de la firma del acuerdo dejarán el negocio que, en todo caso, les genera muchos recursos? ¿La dinámica del narcotráfico va a cambiar si las Farc salen del negocio?
Para mí es claro que las Farc están involucradas plenamente en el narcotráfico. Hay un aspecto rentable allí, siendo una actividad criminal. Ahora, no es un negocio exclusivo de las Farc. También del Eln, las bacrim... Entonces de un día al otro no va a desaparecer el narcotráfico. Pero que se pueda en un momento de posconflicto o un acuerdo de paz, con una decisión política, sacar de ahí, del negocio, a las Farc, y a unas personas que quieren volver a la legalidad, es una ventaja y creo que ese es, más o menos, el enfoque del Gobierno.

El narcotráfico es un mal de siete cabezas. Acaban con una y surgen otras más. En el eventual escenario de que las Farc se retiren, llegarán otros. ¿Hay esfuerzos conjuntos para neutralizar a esos posibles herederos, como las bacrim?
Ya estamos en eso. De hecho la fuerza policial ha estado en la operación Agamenón, en el Golfo de Urabá, en contra del clan Úsuga y de “Otoniel”. Este cuerpo tiene mucho trabajo contra la criminalidad, el narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal. Entonces, a mi modo de ver, la fuerza pública ya está orientándose a los retos que existen y existirán en el futuro

Usted cree que ese acorralamiento que está haciendo la fuerza pública al clan de los Úsuga y a "Otoniel” los esté llevando a buscar un sometimiento a la justicia o una entrega a la justicia de E.U., como ya ocurrió con Luis Enrique Calle Serna, alias “Comba”. ¿E.U. tiene conocimiento de estos contactos?
No estoy seguro que esto se esté dando. Obviamente desde el punto de vista de la justicia, si un criminal quiere someterse a la justicia y enfrentar, adentro de la institución, las acusaciones en su contra, yo creo que es una cosa buena. Pero no tengo más datos al respecto.

Lo cierto es que sí hay una lucha intensa contra este cartel...
Casualmente me fui para allá (Necoclí, Urabá) y visité la fuerza policial haciendo ese trabajo con el general (Ricardo) Restrepo y otros, y realmente es un esfuerzo bastante impresionante, estamos orgullosos porque hacemos parte de él y ayudamos en la medida en que podemos. Es una fuerza colombiana, hecha por colombianos, pero a la que estamos ayudando.

Estados Unidos apoya ya el proceso de paz con recursos para las víctimas, restitución de tierra y reintegración, ¿hay ambiente para que el Congreso de Estados Unidos incremente la ayuda, una vez se firme el acuerdo de paz con las Farc?
Me pregunto eso a mí mismo muchas veces. Solamente el Congreso de Estados Unidos es quien puede hablar de dinero. Nosotros desde la parte ejecutiva, pedimos. Y yo como embajador creo que es de suma importancia que estemos y de que aumentemos la cooperación estadounidense en esos tres aspectos en un futuro posconflicto. Esa es mi posición firme y ojalá que los argumentos puedan ser muy convincentes para los congresistas.

¿En ese convencimiento juega un papel importante el delegado especial Bernard Aronson o qué rol está cumpliendo en el proceso?
Él no está ahora enfocado en eso. Está ahí porque lo pidió el Gobierno de Colombia y toda nuestra participación al respecto, y estoy hablando de Aronson, está hecha a través de ese pedido coordinado con el Gobierno de Colombia y enfocado en lo que son los deseos, las orientaciones del Gobierno. Ha participado en algunas conversaciones con las Farc, enfatizando la importancia de llegar a un acuerdo de paz lo más pronto posible. Todos anhelamos eso. Ojalá que eso haya traído beneficios al proceso.

Distintas señales apuntan a la presencia de “Simón Trinidad” en la mesa de negociación. Incluso E.U. ha dicho que no será obstáculo para la paz, ¿se ha avanzado en el estudio de esta opción que insinúo el alto comisionado Sergio Jaramillo?
Primero, hemos seguido muy de cerca las conversaciones sobre eso en público. Incluso, las declaraciones de (Sergio) Jaramillo. Segundo, el Gobierno no nos ha pedido que dejemos libre a ‘Simón Trinidad’, o que participe en la mesa, no ha pedido eso. Tercero, es importante recalcar que esta persona está condenada por unas ofensas bastantes serias en contra de ciudadanos norteamericanos. En Estados Unidos, como en Colombia, tenemos un sistema judicial independiente. Ahora bien, el asunto de ‘Simón Trinidad’ no está en la mesa de negociación, no se nos ha planteado.

¿Qué opina del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba?
Hay una relación muy personal entre los dos países. Los cubanos y los norteamericanos nos compenetramos muy bien a nivel humano. Incluso en el momento de la revolución había cerca de cinco millones de cubanos; en este momento hay como 11 millones. Hay también cubanos que han logrado mucho como el ex CEO de Coca Cola y secretarios de varios departamentos de gabinete. Ojalá que podamos mejorar eso.

¿Le ve un final feliz?
Tenemos nuestros puntos de vista sobre la democracia, sobre los derechos humanos, los derechos fundamentales y seguiremos hablando de ello. Tenemos que ser fieles a nuestros principios. Entonces el final sería muy difícil de calcular.

La política migratoria sigue bloqueada en el Congreso de Estados Unidos. ¿Cree que será un legado de Obama o una tarea para el próximo presidente?
No estoy seguro. Creo que lo que ha hecho el presidente Obama es muy positivo. Obvio que es importante para mi país poder revisar la situación de la parte migratoria. Cualquier país tiene derecho de seleccionar la gente que va a migrar, tiene el derecho de regular sus fronteras. Y si hablamos solamente de este hemisferio, América del Sur encuentra mucho atractivo en mi país. Una gran medida de inmigrantes latinoamericanos en mi país son mexicanos. Pero la mayoría tiene trabajo, paga sus impuestos. Son buenos ciudadanos y cualquier país va a buscar eso.

Entonces, ¿qué es lo que ha faltado?
La idea, entonces, es cómo revisar la situación y cómo hacerlo dentro del marco legal porque respetamos plenamente la institucionalidad y la legalidad. Podemos ver una situación muy lamentable con lo que está ocurriendo en Europa. Nosotros tenemos problemas migratorios, pero no del tamaño de Europa. Yo creo que el Presidente Obama está muy enfocado y se va a necesitar la colaboración de distintos partidos del Gobierno de E.U., incluso del Congreso. Entonces es muy difícil predecir lo que va a pasar.

¿Qué tanta inversión han traído a Colombia los tres primeros años del TLC con Estados Unidos?
En los tres años del TLC son casi 2.000 las empresas colombianas que por primera vez han exportado a Estados Unidos. Muchas son medianas empresas, pero así empieza la ola. Entonces tenemos mucho entusiasmo por la posibilidad de que ese tratado siga ayudando a las dos partes.

“Estados Unidos es el inversionista número uno en Colombia y lo ha sido por buen rato. El crecimiento del comercio es bastante fuerte, ya hemos llegado a los 40.000 millones de dólares en las dos direcciones. Eso representa una leve ventaja para Colombia, pues hay más productos colombianos yendo a E.U. que en la vía contraria, pero podemos hacer más.

¿Qué medidas están realizando para apoyar a las pequeñas y medianas empresas colombianas que quieren sacarle provecho al TLC?
Tenemos varios programas para explicarles con detalle a las pequeñas y medianas empresas lo que es el mercado estadounidense, pues es bastante grande. Somos 320 millones de personas ubicadas en estados muy heterogéneos entonces deben enfocarse muy bien en un nicho y luego expandirse”.

“No es mi trabajo preciso ayudar a los negocios de este país, pero es importante mostrar a los colombianos que hay beneficios en las dos direcciones y que en la medida en que hay productos de alta calidad de menor precio, hay beneficio para los consumidores latinoamericanos.

Causas:
Inversión de empresas estadounidenses
"La inversión de E.U. se ha notado mucho en el sector de servicios, como con la entrada de Starbucks, y hay dos grandes sectores que creo que están muy interesados pero les resulta complicado: el agrícola y el de hidrocarburos. Hay espacios en Colombia que se pueden sembrar con muchas ganancias y eso debe hacerse dentro del marco legal colombiano en la parte ambiental y de infraestructura. Igualmente, los hidrocarburos del país les interesan mucho a las compañías norteamericanas pero hay problemas de infraestructura y seguridad, entonces hay que maniobrar para llegar a una conclusión”.