Trasladar un punto de las cajas de compensación a las universidades públicas, aumentar a $4 millones el monto de los salarios mensuales exentos del impuesto de renta y dejar la tarifa de ganancia ocasional en 33% para loterías fueron algunas de las propuestas que se hicieron durante el primer debate del proyecto de ley de reforma tributaria.
Sin embargo, ninguna de estas fue discutida ampliamente y solo un tema las “sacó de taquito”: la preocupación de la posible desfinanciación por cuenta de la creación del nuevo impuesto llamado Contribución Empresarial para la Equidad (Cree).
Después de casi dos meses de que el Gobierno hubiera radicado el proyecto de ley, la cita del primer debate se dio a las 10:00 de la mañana, pero a las 11:00 a.m. el Salón Boyacá del Capitolio no tenía el quórum suficiente, ni tampoco estaban los miembros del Gobierno.
Luego de un receso de media hora, se empezó a llenar con los congresistas y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas; el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, y hasta el ministro del Interior, Fernando Carrillo.
Eran las 12:30 de la tarde y aún se leían los impedimentos de los congresistas. Tener una cuenta de ahorro de largo plazo para el fomento de la construcción (AFC) y medicina prepagada eran las causas que les impedían a los congresistas votar el proyecto de ley. Todos los impedimentos fueron negados.
El debate fue avanzando poco a poco. A la 1:30 p.m. ya había intervenido el senador Jorge Enrique Robledo y el representante a la Cámara Wilson Arias, del Polo Democrático. Los dos coincidieron en que la reforma es la más “retardataria y menos progresiva” de la historia del país.
En cuanto al Cree indicaron que estudios confirman que los recursos de este nuevo tributo no alcanzarán para financiar el Sena y el Icbf. “Este es un Frankeistein (la reforma), que no se va a arreglar porque lo retoquen”, dijo Robledo, mientras estudiantes y miembros de sindicatos del Sena aplaudían desde las barras del Salón Boyacá, y de donde colgaban carteles con mensajes que repudiaban la reforma.
La propuesta del Gobierno consiste en eliminar los parafiscales del Sena y del Icbf y los aportes a la salud a las empresas que contraten personas con sueldos inferiores a los 10 salarios mínimos mensuales. La nueva fuente de financiación de esos ítems estaría a cargo del Cree, el cual se amarraría al impuesto a la renta. La tarifa actual del impuesto de renta del 33% se disminuiría al 25% y se le sumaría la del 8% del Cree. Según Robledo, esta propuesta beneficiaría a las multinacionales y dejaría sin recursos al Sena y al Icbf. La reducción de la tarifa del imporrenta al 25% le costaría al país $8 billones.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo a pesar de que hay dicha reducción, el Cree contribuirá en 2013 con $9,6 billones. Agregó que no se desfinanciarán las dos entidades.
El representante a la Cámara Ángel Custodio Cabrera afirmó que el Cree tiene destinación específica, además se incluyó un piso al impuesto para que no falten los recursos. Éste consiste en el presupuesto de las entidades de 2013 más la inflación, más 2 puntos.
Cabrera dijo que propondrán que se aumente a 4%. Al cierre de esta edición no se había votado el articulado del proyecto.
GREMIOS DEFIENDEN SUS INTERESES
Asociaciones como la Andi y Fenalco hicieron presencia ayer en el Congreso, atentos a los cambios de la ponencia radicada la semana pasada y en defensa de sus intereses y de los empresarios. El director de la Cámara de Usuarios de Zonas Francas de la Andi, Édgar Martínez, afirmó desde los pasillos del salón Boyacá del Capitolio que la propuesta que involucra a las empresas del régimen franco guarda proporción con lo que se había solicitado de respetar la seguridad jurídica; sin embargo, afirmó que es necesario revisarla.
