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Gustavo Petro, presidente de Colombia
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Aunque Brasil y Colombia coinciden en la urgencia de discutir el futuro del petróleo, el carbón y el gas, sus estrategias han sido muy distinta
Las negociaciones climáticas en Brasil vivieron un giro inesperado ya que un incendio obligó a suspender las actividades y dejó en el aire el esperado acuerdo final. Más allá de eso el principal se centra en el choque entre Colombia y Brasil por la cruzada global contra los combustibles fósiles.
Ante esto, el presidente Gustavo Petro se refirió respecto a las negociaciones del país con Brasil acerca de los combustibles fósiles en la COP30 asegurando que la descarbonización es imprescindible y debe ser rápida. "La COP no han servido y no deben convertirse en espectáculos, sino en asambleas de los pueblos de la humanidad", afirmó.
Esto se da luego que la presidencia de la cumbre presentara un segundo borrador de acuerdo que buscaba responder a las observaciones iniciales, sin embargo, para Colombia y otros 40 países, el texto sigue siendo insuficiente: no incluye una hoja de ruta clara para abandonar los combustibles fósiles, combatir la deforestación ni asegurar los recursos para financiar la acción climática.
"Fue muy difícil para mí en las horas del final de la COP30, y creo que tomé la decisión correcta en favor de la humanidad y de la vida, que es mi proyecto político para un nuevo progresismo en el mundo", aseguró Petro a través de sus redes sociales.
La respuesta a esto por parte de Brasil fue un tajante “tómalo o déjalo”, poniendo a los países más ambiciosos frente a un dilema incómodo: avalar un documento débil o cargar con el costo político de bloquear el consenso.
Aunque Brasil y Colombia coinciden en la urgencia de discutir el futuro del petróleo, el carbón y el gas, sus estrategias han sido muy distintas.
Lula da Silva sorprendió al pedir una hoja de ruta para superar la dependencia de los combustibles fósiles, pese a que recientemente autorizó exploraciones petroleras cerca del Amazonas. Su apuesta ahora es lograr un acuerdo amplio, sin plazos estrictos, que no incomode a los países productores más reacios, como Arabia Saudita, India o China.
Por otro lado, Colombia llegó a la cumbre con una propuesta ambiciosa respaldada por 24 países, buscando generar momentum hacia una transición energética global. Para el Gobierno, la falta de definiciones claras en el borrador actual representa un retroceso.
"La crisis climática expresa la mayor contradicción del capitalismo. O sobrevive el capitalismo fósil y llevará a la humanidad a la tumba, o existirá un capitalismo verde, poco probable con la elección de Trump, y su postura irracional frente a la crisis climática, o habrá una revolución de la humanidad contra el capital fósil", afirmó Petro.
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