Federacafé quiere desarrollar nuevos productos de crédito para sus agremiados

Por este tema estuvo en Al Paredón el gerente financiero de la agremiación, Julián Medina, quien habló sobre los productos de crédito para las familias cafeteras. 

Los cafeteros de Colombia están logrando bancarizarse  gracias al apoyo de la Federación y otras entidades. ¿Cómo ha sido este proceso? 
La historia de la tarjeta y la cédula cafetera inteligente data de 1934 cuando el gremio decide tener una identificación para sus agremiados. Por 2006 empezamos a ver las necesidades de tratar de que nuestros cafeteros usaran menos efectivo con el propósito de hacer sus vidas más seguras y tranquilas. Por eso lanzamos unos servicios financieros en 2006 en donde en un periodo de unos cuatro años logramos más o menos unos 440.000 cafeteros de los más de 500.000 cafeteros que hoy somos en Colombia.  

¿Esa tarjeta o cédula cómo funcionaba?, ¿qué tipo de cosas hacía en su momento ? 
En su momento lo que hicimos con las limitaciones no solamente de telecomunicaciones que había sino con las limitaciones de presencia de las instituciones financieras en los municipios cafeteros, fue  una red privada. Trajimos por primera vez al país un chip que funcionaba con unos datáfonos especiales y pusimos una red privada especialmente en los almacenes de provisiones agrícolas donde habían más o menos 2.500 datáfonos especiales. Los datáfonos funcionaban no en línea, sino como dice la gente en tecnología ‘en bache’. Por la noche el dueño del establecimiento se conectaba y enviaba las transacciones al banco y eso funcionó hasta 2011.  

En nuestras preocupaciones y ejercicios de cómo ir renovando y mejorando nuestros servicios a los cafeteros vimos que si bien la red había sido muy útil, teníamos limitaciones. No había sido un ejercicio masivo. Pero sí había sido un ejercicio interesante e importante en términos de los programas que la Federación hacía para los cafeteros, y ejemplos hay muchos.  

El primero es el programa de la renovación. Mucho se ha oído en estos últimos días de la recuperación de la producción cafetera del país, pasamos de 7,8 millones de sacos a 12 millones. Eso se debió, a un programa de renovación. Los caficultores colombianos renovaron, arrancaron sus árboles viejos y sembraron 3.200 millones de árboles en todo el territorio nacional. Eso lo hicieron con ayudas de programas como uno que se llamó permanencia de sostenibilidad y futuro, que era un crédito que se les hacía a los caficultores  el cual tenía unos desembolsos parciales en la medida en que el cultivo lo iba requiriendo y esos desembolsos se hacían a esa cédula cafetera inteligente o tarjeta inteligente y eso permitía que el flujo de caja de ellos fuera mejor administrado. 

Otro de los ejemplos clarísimos fue la ola invernal en el 2010. Se le ayudó a los cafeteros que tenían cafetales susceptibles y que no tenían resistencia a la roya, con el fungicida. Todo se hizo a través de una transacción en esa cafetera inteligente, en un bolsillo electrónico en donde ellos se les cargaba la plata y solo podían gastar en el fungicida o en una segunda etapa de fertilizantes. 

El tercer ejemplo es el PIC  que es el programa de la ayuda al precio a los cafeteros que vivimos en los últimos dos años, programa que costó  $1,3 billones y el 93% o 94% se pagó a través de la cédula cafetera. Estamos hablando de casi seis millones de transacciones, que a veces pueden ser de $1.700 o $1.800, obviamente hay todo tipo de montos y estamos hablando de un ahorro para el programa que fue financiando por el gobierno nacional del orden de $18.000 millones. 

En los últimos meses ustedes han impulsado un nuevo proyecto que pasará de la cédula o tarjeta, a un sistema todavía más inteligente que involucra a la red bancaria, que ya es mucho más masivo. Cuéntenos cómo fue pasar a esa segunda fase por la que fueron certificados por Better Than Cash. 
Lo  que vimos fue evoluciones en los municipios en términos de conectividad, en el mercado financiero. Es decir, los bancos comerciales están mucho mas propensos a entender el negocio rural  y a trabajar más en él. Y decidimos proponerlo  al Banco de Bogotá, que es el socio estratégico en este proyecto de hacer un cambio importante y el cambio importante es: dejemos de ser una red privada, a ser una red pública y dejemos que los caficulturos puedan hacer transacciones en los 230.000 puntos en los que se pueden hacer transacciones electrónicas en Colombia.  

Entiendo que la idea es bajar a casi cero a los costos
Ese era el reto,  usted tiene que hacer que el negocio le funcione, rompiendo las barreras de entrada a la bancarización que son la cuota de manejo, que son los retiros de cajeros electrónicos, que son las comisiones, y logramos hacer entonces una negociación con el banco en el cual  rompió esas barreras. Esta es una cuenta de ahorros común y corriente, que no tiene ningún costo de mantenimiento mensual, las transacciones en los cajeros del banco son gratis, las transacciones en los cajeros del Grupo Aval son a mitad de precio, y una serie de transacciones son siempre con tarifas muy preferenciales para los cafeteros.  

¿Cuántos cafeteros están en ese sistema? 
Estamos en pleno proceso de migración, arrancamos en septiembre del año pasado. Con corte al 31 de diciembre tuvimos 300.000 cafeteros migrados, ya completamente bancarizados.  La visión de este ejercicio como la hemos compartido con el banco, es que  es una creación de familias microempresarias, ellas requieren del crédito. Entonces lo que debe seguir es tener los medios de pago, las estructuras financieras para que podamos empezar a desarrollar productos de crédito en nuestros cafeteros.