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Ambos indicadores se están deteriorando, y pese a ser una situación generalizada, esto hace la calificación más sensible a cambios
El incremento latente del desempleo en Colombia, así como el de la deuda para financiar la emergencia, abren la posibilidad de que se deteriore la calificación soberana y, por tanto, el apetito de inversión. Pues el primer indicador habla sobre el desempeño económico y el segundo sobre la consolidación fiscal. Ambos impactados por el covid.
Si bien la situación por la que atraviesa el país no es exclusiva del mismo, y la pandemia del virus ha puesto en jaque a todo el mundo, lo cierto es que la economía colombiana, pese a haber experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, es frágil.
Lo anterior, se ha puesto en evidencia por la baja resiliencia del aparato productivo, que en abril, cuando se tuvieron que detener alrededor de 70% de las actividades, la tasa de ocupación laboral cayó a 41,6%, siendo la más baja desde que se tiene registro en 1988 y, probablemente, la peor de la historia reciente, según el Dane.
Lo anterior se tradujo en que 5,3 millones de personas perdieron sus ocupaciones, de las cuales 1,5 millones se declararon desempleadas, lo que dejó una tasa de desocupación de 19,8%, la más alta en 20 años.
Pero “si todas las personas que perdieron su empleo (ocupación) entre marzo y abril se contabilizaran como desempleadas, la tasa de desocupación sería de 32%, la más alta de la que se tiene registro”, señaló José Ignacio López, director de investigaciones de Corficolombiana.
Todo esto, según Anif, “es tan grave que la tasa de desempleo fue superior en 5,2 puntos porcentuales al registro de abril de 2001, año en el que apenas Colombia se empezaba a recuperar de la crisis económica de finales de los noventa. Es decir, en un mes se perdieron los avances de dos décadas”, aseguraron.
Corficolombiana agregó que en los próximos meses la tasa de desempleo seguiría aumentando y se ubicaría dentro del rango de 21% y 24%, aún si se detiene la destrucción de puestos de trabajo, en la medida que parte de la población inactiva empezará a buscar vacantes y se reportará como desempleada.
Ahora bien, la deuda pública colombiana cerró en 50,1% en 2019, y según el Ministerio de Hacienda superaría 60% al cierre de 2020, dado que ya se han invertido $30 billones para atender la crisis y se deberán seguir desembolsando recursos.
Según Fedesarrollo, la cifra rondaría 61%, con lo que coincide Corficolombiana, de modo que el incremento sería de al menos 10 puntos porcentuales, una proporción muy alta para darse en un solo año.
A lo anterior hay que agregar que la deuda externa también iría en aumento y podría alcanzar un récord de 56% frente al PIB, según Sergio Clavijo, expresidente de Anif.
“Por el momento, el escenario base es a mantener la calificación con el outlook en negativo como advertencia, pero el riesgo a una rebaja de la calificación no es despreciable y se acentúa con las cifras más recientes de debilidad en la actividad”, dijo Alejandro Reyes, economista de Bbva Research.
Sin embargo, Jorge Armando Rodríguez, decano de economía de la Universidad Nacional, considera que “si en las actuales circunstancias las agencias calificadoras de riesgo deciden desmejorar la calificación crediticia del país, sería una muestra de que algo anda mal con la metodología y los criterios utilizados por ellas. Sin embargo, la reactivación es la mejor garantía del pago de deuda”.
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