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Sí, la clase media está creciendo, pero lo hace ‘cojeando’. Si bien se duplicó en la última década hasta convertirse en el motor de la economía, los esfuerzos todavía son insuficientes en el campo, donde la presencia de este grupo social es casi inexistente.
En efecto, de cada 100 personas que viven en el sector rural, tan solo 6 pertenecen a aquella clase pujante del consumo nacional.
Además, 66% de la población rural es pobre y 27% pertenece al grupo vulnerable, personas que tienen una alta probabilidad de caer en la pobreza. Eso según el estudio ‘La década ganada: evolución de la clase media y las condiciones de vida en Colombia, 2002-2011’, del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (Cede) de la Universidad de Los Andes.
Estas cifras reflejan que, pese a los esfuerzos en reducción en pobreza que se han hecho en los últimos 10 años, cuando cayó del 50% al 34% en 2011, hay que meter el acelerador en el campo y buscar soluciones de fondo. Para los expertos, esto simplemente no se soluciona “repartiendo papa”.
El estudio, realizado por Alejandro Gaviria, Liliana Morales y Roberto Angulo, parte de la definición del sector rural como el área no urbana o metropolitana. De acuerdo con Angulo, “prácticamente se puede afirmar que no hay clase media en el campo, porque posiblemente quienes hacen parte de ella en el sector rural viven en las ciudades o en las cabeceras municipales”.
Esto se debe a un aumento de las brechas urbano-rurales y a la desigualdad al interior de las zonas urbanas, es decir, entre las 13 principales áreas metropolitanas y las cabeceras municipales.
De las 13 principales ciudades, Bucaramanga y Bogotá tienen la mayor cantidad de personas de clase media: 52% y 48%, respectivamente, casi la mitad de los ciudadanos; así como los menores porcentajes de población pobre, seguidas por Medellín y Manizales (ver gráfico).
Para el analista en temas de conflicto Alfredo Rangel, el problema es estructural de la economía colombiana y la solución es una política de desarrollo integral.
“Es un proceso gradual y muy lento que se ha hecho a costa de las condiciones de vida en las zonas campesinas. Es la política gubernamental la llamada a corregir las brechas con políticas en el sector rural”, indicó Rangel.
Según el nuevo director del Departamento para la Prosperidad Social, DPS, Gabriel Vallejo, no se debe ver siempre lo que falta sino mirar lo que se lleva adelantado, sin desconocer las problemáticas de los sectores rurales. “El problema de la pobreza no es únicamente del Gobierno, es un problema social. El hecho de que haya pobreza en el país genera unas dificultades en el entorno de los colombianos”.
Fabián Sanabria, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Aicanh, dice que la solución está en dejar de lado “los intereses de la extrema izquierda y la extrema derecha, que coinciden en pocas ocasiones y solo con intereses políticos que afectan a los campesinos”, para solucionar el problema del conflicto. “Pareciera que conviniera que los campesinos sigan siendo pobres, por eso ellos están reclamando esta injusticia social. En este momento hay una apuesta fundamental, si quieren acabar con el conflicto o seguir con él por 50 años más”, dice Sanabria.
“Si se analizan los últimos datos de pobreza - concluyó Angulo - las cifras de pobreza rural pararon, se quedaron quietos y este es un indicio de que el campo no está recibiendo las ganancias del crecimiento económico”.
Además, observando la situación rural desde una perspectiva multidimensional se observa que el campo está estancado y con dificultades crecientes en cuanto a los logros educativos y el empleo. El estudio también explica que las carencias de vivienda son exclusivas de la pobreza y la vulnerabilidad, las dos clases sociales que concentran el 93% del sector rural.
En Colombia, 12,5 millones de personas viven con un ingreso diario entre US$10 y US$50, de los cuales 92% están en el área urbana, y 8%, en la rural. Y aunque la clase media creció de 16,3% en 2002 a 26,5% en 2011, los pobres, quienes viven con menos de US$4 diarios, y los vulnerables, cuyos ingresos son inferiores a los US$10 al día, siguen siendo la mayor parte de la población colombiana.
Los retos del Gobierno deberán concentrarse en lograr que la clase media siga creciendo, pero no solo en las áreas urbanas, sino que permee el campo, el eterno olvidado.
Las políticas del agro sin censo nacional
Este mes, el presidente Juan Manuel Santos, insistió en la necesidad de realizar un censo agropecuario para definir políticas en ese sector. “Hace 40 años no se hace un censo agropecuario. Los censos, las informaciones, son materia prima fundamental para poder tomar las decisiones correctas”, dijo el mandatario días después de la renuncia de Jorge Bustamante como director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) por estar en desacuerdo con el hecho de iniciar el censo agropecuario en el primer semestre de 2014, debido a que en esos meses serían las elecciones de la rama ejecutiva y legislativa. El presidente Santos afirmó que en materia del agro “estamos volando sin instrumentos”, pero recalcó que el Dane tiene la capacidad para hacer un censo técnico.
Las opiniones
Roberto Angulo
Investigador del Cede y autor del informe
“Prácticamente se puede afirmar que no hay clase media en el campo, porque es posible que esta población viva en las ciudades o en las cabeceras municipales”.
Alfredo Rangel
Dir. Centro Seguridad y Democracia -Sergio Arboleda
“La solución a la pobreza en el campo tiene que ser una política de desarrollo rural integral, en la que obviamente se requiere seguridad para los pobladores”.
Fabián Sanabria
Director del Instituto Colombiano Icanh
“Los campesinos que cultivan no son dueños de sus parcelas y los citadinos debemos reconocer nuestra profunda deuda para pasar de una moral gamonal a una ética civil”.
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