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Ambos productos han mostrado incrementos de doble dígito en sus precios en el último año, estas son algunas de las razones de este comportamiento
El café y chocolate son dos de las bebidas más tradicionales en los hogares colombianos. Se trata de unos de los productos más importantes en los desayunos, señala la firma Kantar. Solo en café, entre junio de 2020 y de 2021, las compras de este productos ascendieron a $917.000 millones.
Es decir que frente al mismo periodo del año anterior, los hogares mostraron un crecimiento de 2% en el consumo de este. Cada 19 días, en promedio se hace una nueva compra de este grano, que en 57% corresponde a café molido.
Sin embargo, ambos productos han tenido incrementos en precios en el último año. De acuerdo con el último informe de inflación publicado por el Dane, las variaciones de ambos se encuentran en el doble dígito. Por ejemplo, en el caso del café, frente a hace 12 meses, su precio se incrementó en 37,9%.
En parte, el alza del café en su dato anual responde a que el precio del café ha mostrado aumentos en el mercado. Roberto Vélez, presidente de la Federación Colombiana de Cafeteros, explicó que este es un buen momento en su cotización.
Con corte al 2 de junio, una libra de café suave tipo colombiano se pagaba a US$3,08 y hace un año, el precio era de US$2,11.
Esto, como consecuencia afecta el precio del producto final que llega a la mesa de los consumidores, que solo este año ha mostrado un incremento de 19,45% en su valor, de acuerdo con lo publicado por el Dane.
Ahora bien, no solo le sucede al café; el chocolate también ha tenido incrementos considerables, aunque más moderados que en el caso del café. En su dato anual, su variación fue de 10,03%.
No muy diferente al caso del café, que este producto y sus derivados hayan tenido una variación tan marcada responde al precio internacional al que se está transando el producto. Una fuerte sequía en Ghana en los primeros meses del año llevó a que hubiera menos oferta, con lo que hay un traslado en precios para los consumidores.
Si bien el país siembra y cosecha ambos productos, sus precios están sujetos a las dinámicas internacionales. Esto impacta a las compañías que deben acceder a estos productos para finalmente procesarlos y venderlos a los hogares, que van recibiendo lentamente el incremento de los precios en las materias primas.
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