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La recuperación financiera del sector está sustentada en una estrategia compuesta por cinco elementos complementarios: (i) un decreto que define la ruta para la recuperación patrimonial, (ii) una ventanilla de liquidez que permite a los agentes acceder a créditos en condiciones atractivas.
(iii) un conjunto de medidas que busca liberar recursos para el pago de deudas (deudas, por ejemplo, de las entidades territoriales y de las Cajas de Compensación que administran programas de salud), (iv) la liquidación de SaludCoop y una operación de crédito por $200.000 millones para la capitalización de Cafesalud y (v) la liquidación de Caprecom y la autorización a la Nación para el pago de deudas por $500.000 millones.
Con todos estos elementos ya en su lugar, con la estrategia implementada en su totalidad, las dificultades financieras comenzarán a aliviarse y la agenda del sector cambiará de énfasis y de tono (eso esperamos).
El primer punto de la nueva agenda será el diseño de un plan de beneficios distinto, más implícito que explícito, más basado en exclusiones que en inclusiones, un plan que desarrolle el espíritu de la Ley Estatutaria y permita la incorporación racional, sostenible y socialmente provechosa de las nuevas tecnologías en salud.
El segundo punto de la agenda tiene que ver con la transformación institucional del sector, con la entrada en operación de la Unidad de gestión que reemplazará el Fosyga, que centralizará la totalidad de las fuentes de financiamiento y permitirá, a su vez, un mejor manejo de los flujos de información y recursos.
El tercer punto está relacionado con la política farmacéutica, en particular, con los ajustes a la metodología de regulación de precios, la implementación plena del decreto que definió las condiciones para la comercialización de biosimilares y la reglamentación del artículo de la ley del Plan de Desarrollo que ordena la simultaneidad de los procesos de registro sanitario, regulación de precios y análisis de costo-efectividad.
El último punto de la nueva agenda, para mencionar solo los más importantes, tiene que ver con la definición de los modelos de atención para zonas urbanas, municipios pequeños y zonas dispersas.
En 2016, en el departamento de Guainía, comenzará a operar un nuevo modelo de salud, sin competencia entre aseguradores, con un solo operador para toda la red, con una bolsa única de recursos y con un énfasis en atención primaria y en participación comunitaria. Este modelo, concebido como una prueba piloto, será un ejemplo para muchas zonas del país donde el modelo actual ha demostrado su ineficiencia e ineficacia.
Finalmente, el sector salud afrontará otros importantes retos el año entrante, a saber: la discusión pública sobre las nuevas fuentes de financiamiento ya propuestas, en particular, sobre la pertinencia y viabilidad de unos mayores impuestos al tabaco y un impuesto a las bebidas azucaradas, y las dificultades de salud pública asociadas al fenómeno de El Niño en general y a las posibles epidemias de Dengue, Zika y Chikunguña en particular.
En suma, el año entrante será un año de recuperación financiera, consolidación reformista y nuevos retos de salud pública.
