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Analistas 16/03/2021

Sisbén IV

Simón Gaviria Muñoz
Exdirector de Planeación Nacional

No todos los subsidios se entregan a través del Sisbén, pero deberían ser más. Sus fallas están bien documentadas, DNP estima que en Sisbén III 28,5% de los beneficiarios debería tener puntajes más bajos y 49,9% más altos. El enfoque debe ser mejorarlo, no acabarlo, el Sisbén es mejor que cualquier alternativa existente. Por lo menos 22 millones de colombianos lo usan para acceder a $40 billones de subsidios. Con las correcciones del Sisbén IV es hora de ampliar su uso. La importancia de ahorrar cada peso debe motivar el ímpetu de reforma.

Creado por la Ley 100 de 1993, el Sisbén organiza la población del más humilde al más próspero, utilizando una encuesta. Su popularidad nace al ser requisito para acceder al régimen subsidiado de salud. En su concepción original, la tabulación trataba de medir la pobreza monetaria. Desde el Sisbén II se alejaron de esta medición para tratar de calcular la pobreza de entorno. Los incentivos perversos del cambio llevaron a esconder electrodomésticos, embarazos de 20 meses y a educación que desaparece. Desde 2011, 74% de los registros no se actualizaba. El Sisbén IV con el Conpes 3817 del 2016, vuelve a la filosofía original.

Aunque el nuevo Sisbén sigue estimando pobreza de entorno, se construyó un modelo de presunción de ingresos refinado con machine learning de más de 300 variables. El nuevo sistema además tiene en cuenta las diferencias departamentales y el contexto rural-urbano. Adicionalmente, fortalece el uso de registros administrativos para actualizar puntajes.

Es más que razonable que con el fallecimiento de un ser querido, no se corra a pedir una encuesta de Sisbén. Con más bases de datos disponibles, el ajuste es más expedito. Gran parte de la información ya la tiene el Estado, no tiene sentido crear trámites para que el Gobierno la pase de un bolsillo a otro. El Sisbén IV es un avance. Pero llegó la hora de repensar los estratos.

Los errores de estratos son mucho más profundos que el Sisbén. No solo 27,4% del decil más pobre no está en estrato 1, sino que 92,7% del decil más rico no está en estrato 6. Muchos pobres no reciben, pero especialmente muchos ricos no pagan. Nadie se preocupa porque el Gobierno pone los recursos para lograr el subsidio cruzado. Sería difícil desmontar los estratos de un día para el otro. Lo que sí se debería considerar es utilizar un doble filtro, calibrar la tarifa de servicios públicos usando estratos y Sisbén. Hoy 62% del presupuesto de Minminas se va a subsidios en vez de usarse para la transición energética.

La focalización es un eje central del Estado, al definir beneficiarios de los bienes y servicios subsidiados. Actualmente, 44% de los subsidios sociales utiliza el Sisbén. El ejercicio de Llave Maestra del DPS empezó a identificar familias que acumulan más de siete programas. Si esto se hiciera a través de todo el Gobierno, permitiría mejores resultados contra la pobreza.

A pesar de los retos que puedan salir de la implementación de Sisbén IV, es una apuesta valiente. Hay que respaldar al DNP en hacer cada vez más eficientes los limitados recursos. Son estas las decisiones que legitiman el ingreso básico universal. Ahora en pandemia, no se puede derrochar la ayuda social.

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