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Analistas 16/04/2014

Gobernabilidad

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor
La República Más
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La estabilidad institucional, política y jurídica componen la gobernabilidad de un país, de una región y de una ciudad. De igual forma, la efectividad en la toma de decisiones y la eficacia de la administración.

La continuidad de las instituciones y por sobre todo de las reglas, las que además deben ser consistentes, tienen relación con la necesaria gobernabilidad. Si las demandas sociales no son satisfechas y no hay resultados en calidad de vida de los ciudadanos, la gobernabilidad se derrumba.

Pues bien, lo que ha sucedido en Bogotá en la última década es el deterioro de la gobernabilidad. Dos alcaldes destituidos, alcaldes encargados, cambio de políticas y falta de planeación de largo plazo, son claras muestras de tal retroceso. Y la movilidad cada día más atorada, sobre todo por falta de legitimidad para sus decisiones.

Que se cambie el Plan de Ordenamiento Territorial POT, con adopción indebida por el suspendido Alcalde Petro, que se suspenda precautelativamente dicho cambio, mientras el contencioso administrativo falla de fondo; son cambios y cambios de reglas. La ciudad no aguantaba más inestabilidad jurídica.

Para Bogotá, vale aclarar que hoy rige el POT anterior y que con ello hay certidumbre que se pueden tramitar licencias de construcción. Con la suspensión del POT de Petro, se vuelve al POT que teníamos. Las licencias de construcción que se tramiten tienen seguridad. Incluso si se radica una solicitud en legal y debida forma, los Curadores están facultados para continuar el trámite. Una vez expedida y ejecutada la licencia de construcción, queda en firme.

 La falta de gobernabilidad local se extiende a casi todo el territorio patrio.

En otras regiones y ciudades también hay incertidumbres derivadas de la falta de institucionalidad y continuidad de políticas de largo plazo. Gobernadores y Alcaldes suspendidos, contradicen la gobernabilidad regional. Los POT de las principales ciudades también son fuente de avatares políticos e inseguridad jurídica.

Es el caso de Bucaramanga donde hace un par de años existe un Acuerdo que plantea la modificación extraordinaria del POT y la nueva administración no lo ha sancionado; día a día se especula del cambio de norma. Además, existe la discusión de buen planeamiento urbano por falta de integración del Área Metropolitana, por escaso espacio público y mejores antejardines para edificaciones nuevas de gran densidad.

En Cartagena y muchas otras ciudades, por falta de agua potable, los planes de expansión son inaplicables. Es el caso de Cúcuta donde las zonas de expansión urbana se determinaron sin un adecuado criterio técnico y de disponibilidad de servicios públicos. En Pereira, además el espacio público brilla por su ausencia.

En Santa Marta, igualmente con Alcalde suspendido, existe dentro del POT un Plan para Pozos Colorados vigente, que plantea, según plano del urbanista Camilo Santamaría, unas necesarias zonas públicas para vías, que no se respetan a la hora de expedir licencias de construcción.

Como el futuro de Colombia está ligado al de las ciudades y su gestión local, la estabilidad de las reglas, la continuidad de las políticas públicas y la construcción de infraestructuras de calidad, requieren de gobernabilidad de las administraciones para su adecuada planeación y ejecución. 

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