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Analistas 13/01/2023

El sector inmobiliario

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

En Colombia, la inflación descontrolada, la devaluación con volatilidad del dólar, el aumento impositivo, las altas tasas de interés, la inseguridad jurídica y, por sobre todo la incertidumbre, son elementos que afectan la economía y el ánimo de inversión. Se aúna a esta circunstancia, el mal comportamiento económico mundial y, el desgobierno o desconfianza de gran parte de los ciudadanos en los gobiernos de la región, estando incluido nuestro país. Pues bien, estas variables vienen afectando el desarrollo económico y el empleo formal.

No obstante el anterior panorama, existen elementos que demuestran que la construcción de infraestructura y especialmente de vivienda por su capacidad masiva de generar empleo, pueden ser instrumentos de políticas públicas, anti cíclicas. Los anuncios del gobierno en apoyo a la vivienda formal, la capacidad empresarial del sector privado y las obras en ejecución lideradas por algunas administraciones locales, apuntalan esta esperanza de medidas y actividades que combatan el desempleo y contribuyan a contrarrestar los malos indicadores.

Por otra parte, las remesas son ganancias que los emigrantes envían a su país de origen, normalmente a sus familiares, con el principal propósito de ayudar a solventar sus gastos básicos. El crecimiento de las remesas de familiares del exterior que remiten a nuestro país lleva dos años consecutivos de comportamientos históricos. Ya representan más del 12% de los ingresos corrientes externos. Alcanzaron para 2022 un nivel de US$10.000 millones. Significa también que los colombianos trabajadores en el exterior aumentan su relevancia macroeconómica para Colombia.

Los renglones mayoritarios de estos recursos se usan para consumo y para vivienda (tanto para pago de arriendo, como para compra). A su turno, no obstante la disminución de la capacidad de compra en algunos sectores de la población, el apetito por tener techo propio y por invertir en vivienda se conserva. Así, la vivienda se ha ratificado como inversión patrimonial y para el caso de la segunda vivienda, corresponde a una manera de ahorro de los hogares. Por esto, los proyectos inmobiliarios innovadores, con propósito de vida, se siguen colocando. Como para el gobierno es clave y para la demanda es la mayoría, la vivienda social consolida la necesidad de desarrollos en oferta.

A su turno, como algo más de la tercera parte de los hogares colombianos viven en arriendo, la actividad empresarial de construir vivienda para arrendar, invertir para colocar en arriendo atendiendo múltiples necesidades (incluido el hotelero y el co-living), se abre campo también para el mercado de capitales y para que el sector financiero apoye estos desarrollos inmobiliarios. El sector inmobiliario en 2023 seguirá teniendo ajustes. Las promotoras constructoras no la tienen fácil, máxime que pre venden a precio fijo y luego construyen con inflación disparada que les aumenta los costos. A contrario sensu, comprar a precio fijo sobre planos para entrega futura, es una oportunidad para los futuros compradores.

Para que este instrumento de construir vivienda social se apuntale, es necesario que el gobierno entregue recursos para subsidios a la demanda.

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