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Está clara la escena de probarme un artículo, que, de no quedar bien por talla o color, un acucioso empleado del almacén atendía diciendo, “ya se lo traigo de bodega”. La bodega era un local posterior, una pieza estrecha separada por una cortina, llena de cajas. La disponibilidad evidente me daba un descanso en cuanto a lo deseado, zapatos o prenda de vestir en el momento preciso del requerimiento. Escuché frecuentemente la expresión: “con beneficio de inventario”, como salvedad o reserva ante lo que no se tenía certeza. Inventario remite al lat. inventarium, (lista de lo hallado) in, (hacia adentro), venire (venir). Para muchos, más conocido con el anglicismo de stock que traduce existencias y reservas.
Los egipcios se provisionaban para una contingencia o época de “vacas flacas” como lo describe el Génesis en el sueño del faraón y que anticipaba hambruna. Hablemos de lo intangible como capital actual y reservado para los tiempos venideros: la paciencia, el orden, el servicio como disposición. En el corazón menos rencor y más superación de los agravios, otra vez los egipcios sugerían la vida virtuosa, en la que su corazón representaba la consciencia y la moralidad y debiera pesar igual que una pluma de avestruz como signo de verdad y justicia (Juicio de Osiris).
Suspiramos al declarar renta y no ser requeridos, celebramos cifras en negro y utilidades después de impuestos, pero ¿celebramos haber transado limpiamente, sin perder el humanismo, compitiendo en franca lid y conservando principios? Si el balance fue bueno, manténganse así, si hay cosas por lamentar (descuadre); entonces provisionemos valores para las rarezas del mercado y la tirantez comercial y laboral. Los mayores decían que ante los requerimientos por solidaridad, “hay que dar de lo que falta, no de lo que sobra” y que “El que ofrece no quiere dar”, se intuía la necesidad para atenderla rápida y eficazmente. No será distinta en aspectos sensibles y actitudinales.
El inventario no se reduce a la suma, la resta y lo que queda o falta, al haber y al debe, es un ejercicio en el que también se conjetura y relacionan preguntas y respuestas ¿por qué hay o sobró?, ¿por qué faltó y no fue suficiente? Arqueo (revisión), de lo hecho, -sin ufanarnos y de lo qué no, -sin angustiarnos. El inventario no es equivalente a la bodega o deposito, así como la disposición no es equivalente al pasado, si no al futuro. Para los meses del año nuevo que vienen, cabe la cuestión en cuanto a ¿cuáles son las reservas para el futuro?, venire(venir). Incluso considerando la paradoja del título de la obra de Carola Saavedra, “inventario de las cosas ausentes”; colegimos que los inventarios también se refieren a lo que quedó pendiente. El inventario emocional determina si hubo “descuadre”, siendo así, necesitamos mayor calidad en los propósitos, menor suposición y más acción, las buenas intenciones en mente y corazón se llaman disposición, la disposición no perece, no se altera, está lista para decir: tengo lo que necesita.