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Analistas 20/10/2014

Una evaluación del TLC de Colombia y Estados Unidos

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes
La República Más
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En 2002, Colombia inició negociaciones para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos. El principal objetivo consistía en volver permanentes los beneficios de reducciones arancelarias para nuestras exportaciones (bajo el acuerdo ATPA-DEA) y establecer una serie de reglas estables y de largo plazo en todo lo relacionado con intercambio comercial de bienes y servicios. 

Tras 21 meses, 15 rondas y 100 reuniones entre los equipos negociadores, finalmente se firmó el tan anhelado acuerdo en febrero de 2006. Se creía que sería cuestión de meses lograr la ratificación del mismo por parte de los respectivos Congresos, pero el Senado de los Estados Unidos tan solo lo haría cinco años más tarde, en octubre de 2011, debido a la pugna bipartidista. Dicho TLC tan solo entró en vigencia en mayo de 2012, luego de 6 largos años de haberlo negociado. Previamente, se habían beneficiado de TLC con los Estados Unidos: México (1994), Chile (2004), Centroamérica (2006) y Perú (2009), dejando claro que Colombia estaba llegando algo tarde a la “nivelación de cancha del comercio internacional”. 

¿Qué balance se puede hacer del TLC de Colombia con los Estados Unidos tras cerca de 30 meses de operación del mismo?Lo primero que cabe señalar es que, antes de que dicho TLC entrara en vigencia, las exportaciones de Colombia hacia Estados Unidos se habían prácticamente triplicado, al pasar de US$8.500 millones a US$22.000 millones entre 2005-2012.  Esto se explica fundamentalmente por el auge de exportaciones de commodities como el petróleo y el carbón, llegando a representar 75% de dicha canasta. Al finalizar 2012, ese total de exportaciones hacia los Estados Unidos representaban 5,9% de nuestro PIB. 

Infortunadamente, durante 2013-2014, el total de las exportaciones hacia Estados Unidos ha caído, hasta cerrar en US$18.500 millones el año pasado y unos US$14.000 millones en 2014, de continuar descendiendo a ritmos de 25% anual (en dólares). Lo anterior implica que dichas exportaciones hacia Estados Unidos, en vez de incrementarse por cuenta del TLC, estarían descendiendo hacia representar tan solo 4,9% del PIB en 2013 y 3,8% del PIB al cierre de 2014 (segundo año de operación del TLC). De hecho, las exportaciones no-tradicionales, que debían  haberse impulsado por el TLC, se estarían reduciendo de 1,5% a 1% en 2014.

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2010-2014 se había fijado una meta de exportaciones de bienes no-tradicionales por valor de US$21.000 millones. Esto implicaba que para finales de 2014 y todo lo demás constante, las exportaciones no-tradicionales hacia EE.UU. debían haber alcanzado cerca de US$6.000 millones, equivalente a 1,6% del PIB de Colombia, pero todo parece indicar que tan solo llegaremos a 1% del PIB. De forma similar, el total de exportaciones hacia los Estados Unidos debían haber llegado hasta los US$24.500 millones, equivalente a 6,3% del PIB de Colombia, pero como vimos tan solo se llegará a 3,8% del PIB. Estos registros implican un desfase en el cumplimiento de las metas de exportaciones hacia los Estados Unidos del orden de 60%, a pesar de haberse cumplido algo más de dos años de vigencia de dicho TLC.

¿Cómo le fue a México en su implementación?  En los dos primeros años México logró incrementar ligeramente sus exportaciones a Estados Unidos, elevándolas desde 8,5% a 9,7% del PIB, esto a pesar de que “la crisis cambiaria Tequila” de 1994-1995 significó un gran golpe a nivel global. Pero durante los siguientes 5-7 años, México lograró elevar su penetración exportadora hacia los  a niveles de 19% y 21% de su PIB. En síntesis, el arranque de la penetración exportadora de Colombia hacia los Estados Unidos deja mucho que desear. En vez de lograrse un auge exportador por cuenta del TLC, hemos visto que el total de las exportaciones hacia ese mercado ha caído de representar 5,9% en 2012 a solo 3,8% de nuestro PIB al cierre de 2014 (según nuestro pronóstico). Nótese que estos desempeños significan desfases hasta de 60% respecto de las metas trazadas en el PND 2010-2014, tanto en las totales como en las llamadas no-tradicionales. Esperemos que en el futuro cercano veamos mejores desempeños exportadores hacia los Estados Unidos por cuenta de los esfuerzos que se vienen haciendo para mejorar la dotación de infraestructura, abaratamiento de los costos energéticos del sector productivo y del desmonte de sobre-costos laborales.

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