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Al finalizar octubre de 2020, se anunció a nivel nacional que los esfuerzos de confinamiento de mayo-agosto parecían estar dando buenos resultados en materia de contención de infecciones y fallecimientos en Colombia. Sin embargo, para finales de octubre de 2020, el número de infectados había escalado a cerca de un millón y el de fallecidos ya acumulaba una cifra de 30.000. Esta última cifra implicaba que la tasa de fallecidos por covid-19 era del orden de 600 por cada millón de habitantes en Colombia hacia finales de octubre de 2020 frente al registro de 60 que se tuvo en junio.
El anuncio oficial pronosticaba que los decesos diarios en Colombia estarían bajando de 200 diarios hacia 150 en noviembre y probablemente hacia 50/día para finales de 2020, al tiempo que la ocupación crítica de +70% UCIs se perfilaba hacia 50%.
Con base en estos anuncios, pronosticamos entonces que Colombia podría llegar a estabilizarse en tasas de fallecimiento covid cercanas a 720 por millón de habitantes. Este guarismo lucía relativamente favorable al compararnos con tasas similares en Chile y bien por debajo de los 1.100 que mostraba Perú en octubre o los 800 del Brasil.
Señalamos en ese momento que se impondría una “convergencia global en tasas de mortalidad covid” hacia unos 800 fallecidos por millón de habitantes. Si bien se tenían avances en la fase-3 de la vacuna en varios laboratorios, su disposición masiva sería un fenómeno del primer semestre del 2021 en los países avanzados.
La buena noticia de finales de 2020 fue la aprobación de distribución masiva de tres vacunas (Pfizer, Moderna y AstraZeneca), estimándose que se podrían llegar a vacunar hasta 20 millones de personas en el mundo desarrollado, dando prioridad a los trabajadores de salud. Sin embargo, dicha vacunación ha ido más lenta de lo esperado y, en el caso de los Estados Unidos, se estima que tan solo se alcanzaron dos millones de personas (con utilización de solo 20% de las vacunas ya disponibles). Se aducen problemas en la cadena de refrigeración, la imposibilidad de vacunar en simultánea el cuerpo médico y algo de reticencia de ser los “primeros en línea”. Todavía se guarda la esperanza de que, con la llegada de Biden, se logrará la meta de 50% de vacunación para junio.
El arranque de 2021 luce angustioso, pues los fallecidos bordean los 4.000/día en los Estados Unidos, escalando las muertes acumuladas covid a los 380.000, equivalente a los 1.150 por millón de habitantes, no muy distante de la catástrofe del Perú.
En el caso de Colombia, al tenerse una tasa de mortalidad cercana a los 250/día, la tasa de mortalidad acumulada llegó a 880 por millón de habitantes al finalizar 2020, cifra superior al pronóstico de 720 de octubre (ver gráfico adjunto). Cabe suponer que, como resultado del endurecimiento de las cuarentenas en este inicio de año, dicha tasa de fallecidos podría descender hacia los 200/día para junio. Y si ello se viera reforzado por el inicio de la vacunación a partir de marzo, entonces cabría esperar una reducción hacia los 100/día en el tercer trimestre y 50/día en el último del 2021.
Como se presentía, las fiestas navideñas tuvieron un efecto bastante negativo, al cerrarse con 44.000 fallecidos en el 2020. El gráfico adjunto ilustra algo bastante preocupante en tasa de mortalidad covid para 2021 en Colombia: estaríamos llegando a un acumulado de 85.000 fallecidos covid en junio y casi 100.000 para diciembre, aun suponiendo mermas significativas durante el segundo semestre.
Esta posible trayectoria del efecto pandemia-covid durante 2021 nos estaría dejando con una tasa de mortalidad acumulada de 1.330 fallecidos por millón de habitante a la altura de marzo-2021 (similar a la registrada en Perú al cierre del 2020). Para finales del 2021, esta tasa se acercaría a los 2.000 por millón de habitantes, aun si la tasa de mortalidad cayera drásticamente de 250/día hacia 50/día. Algo similar estará ocurriendo en el resto del mundo emergente por efectos de tardanza en vacunación.
Estas cifras epidemiológicas se fundamentan en la experiencia reciente del cierre del 2020 y es útil tener en mente que el inicio de vacunación masiva en el mundo desarrollado no debe llevarnos a bajar la guardia prematuramente sobre aislamiento social y prevención. Cabe recordar que los beneficios de vacunación masiva en Colombia solo se sentirán de forma significativa durante el segundo semestre del 2021.
De allí que el impacto macro-económico de esta pandemia seguirá siendo de enorme magnitud: contracción del PIB-real de -7% en 2020 y seguido de un tenue rebote (menos que proporcional) de solo +4% en 2021, con una elevada persistencia en desempleo bordeando el 14%. Nótese que, al ajustarlo por la tasa de participación laboral, en realidad dicho desempleo “se sentirá” como si fuera cercano al 19%.
De allí la importancia de las reformas estructurales tributaria y laboral en este arranque del 2021 (no esperar a segundo semestre). No actuar rápidamente y de manera decidida nos dejaría sin disponibilidad de gasto y con un mercado laboral maniatado. Tras el reajuste del 3.5% en el salario mínimo, 2% real (por encima de la inflación), muchas empresas estarán teniendo dificultades para generar el flujo de caja necesario para mantener buena dinámica de empleo.