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Analistas 12/08/2023

Las batallas por el poder en Palacio

Santiago Angel

El Presidente confía en cuatro o cinco personas. Aunque escucha a todos quienes puedan tener acceso, su confianza está puesta solo en un pequeño grupo que se ha ratificado tras las revelaciones de Nicolás Petro y los dramas familiares, nada fáciles de afrontar para el mandatario. Pero antes por las amenazas de Armando Benedetti que quedaron expuestas por sus propias filtraciones, lo que Petro consideró un acto de traición.

En ese grupo, tras el vació que dejó Laura Sarabia, pero que la ex jefe de gabinete está por volver a llenar, hay varios que quieren ser la sombra del Presidente y se batallan por ganarse el rol de poder hablarle al oído y ser los únicos depositarios de su verdad.

El Presidente inició con un grupo dentro de Palacio que no era del todo cercano. Lizcano, Velasco, Roy y Benedetti.

Sarabia era la sombra del Presidente, quien llevaba su agenda y lo hacía con eficiencia. Tras su salida por el escándalo, que aún no le pasa factura al exembajador dominado por el alcohol y sus emociones, un nuevo círculo buscó reacomodarse para sentarse más cerca del presidente en la mesa de poder.

En ese grupo se encuentra en primer lugar Carlos Ramón González, nuevo director del Dapre, y quien está siempre al lado del presidente. Otro de los cercanos es el secretario Jurídico, Vladimir Fernández, abogado del Externado, amigo personal y que trabajó con él desde su ejercicio como alcalde.

Luego viene el director de la Unidad Nacional de Protección, Augusto Rodríguez. Este fue militante del M19 y asesoró al presidente como alcalde y como senador. Otro amigo muy próximo.

Hay dos personas más que están aprovechando el vacío temporal de Sarabia. Cielo Rusinque, y Hollman Morris, que según dijeron fuentes a esta columna, no sale de Palacio. Rusinque y Morris son cercanos. De hecho, la nueva jefe de prensa de Casa de Nariño es María Paula Fonseca, quien trabajó con Morris en el Concejo de Bogotá, lo ha asesorado desde hace varios años, y fue la jefe de prensa de Rusinque en el DPS. Buenos oídos.

Hay dos o tres personas más, todas mujeres y cercanas a Petro porque lo conocen desde hace décadas y tuvieron alguna conexión con el M19. No quieren a la ex jefe de gabinete y le hablan cerca al mandatario. Sin embargo, la persona en la que más confía Petro, porque encontró lealtad y eficiencia sin que se convirtiera en una “yes Woman”, sigue siendo Sarabia.

Los dos más complejos del organigrama de confianza presidencial son Morris y Rusinque. Ambos quieren ser editores en jefe de todos los medios de comunicación, no encuentran consensos y su liderazgo es visto por actores claves como negativo.

Especialmente en este momento el presidente necesita acuerdos y negociación, que le den la oportunidad de gobernar. Los hechos de Nicolás Petro y Armando Benedetti son suficientemente graves, igual que los resultados de desaprobación del presidente que rodean 60 %, y las reformas no están pasando. El país se encuentra en una crisis de seguridad, los partidos se están apartando y el margen de maniobra, confianza y legitimidad disminuye.

Morris y Rusinque están acostumbrados a los ataques como forma de defensa y su activismo hace que la gestión en sus entidades no sea la mejor. Ya hubo problemas con transferencias y Rtvc corre el riesgo de convertirse en RT.

Señor Presidente, su confianza debe estar puesta en los leales, pero también en quienes le permitan hacer puentes. No es tiempo de las trincheras.

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