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Analistas 12/07/2019

El futuro es digital

Samuel Hoyos Mejía
Presidente de Asomovil
Analista LR

El Gobierno Nacional ha impulsado de manera decidida una política pública de transformación digital que, tras la aprobación de la Ley de Modernización de las TIC, va a promover la reacción positiva de la industria de las telecomunicaciones. No obstante, para atraer inversión y llevar a Colombia hacía la era digital, se necesita garantizar seguridad jurídica, simplificación normativa, reducción de cargas fiscales y eliminación de barreras para el despliegue de infraestructura. Si se dan esas condiciones, la industria multiplicará las oportunidades que trae la ley y Colombia podrá transitar hacia la Cuarta Revolución Industrial.

Para lograrlo, es fundamental el esfuerzo conjunto entre el Estado y la industria, promoviendo asociaciones público-privadas, con inversiones y acciones dirigidas a incluir en la era digital a más ciudadanos y empresas, con más y mejor conectividad, permitiéndoles acceder a mayor conocimiento, nuevos servicios y tecnologías, que facilitarán su vida y generarán mayor desarrollo económico y social.

Gracias al nuevo marco normativo, desde la industria estamos listos para pujar por las bandas de espectro de servicios móviles avanzados (IMT) o 4G, convencidos de que las autoridades sectoriales, encargadas de ultimar los detalles de la subasta, permitirán concertar planes de cobertura factibles, acorde con las condiciones de acceso de las zonas, de su población y las realidades del servicio, en el mediano y largo plazo. Los mecanismos de colaboración, que facilitarán la habilitación de las APP, son fundamentales para cubrir regiones apartadas y para proyectos de gran envergadura, que requieren asegurar su sostenibilidad.

Las nuevas condiciones de las licencias, por uso del espectro con plazos hasta de 20 años, permitirán expandir la cobertura y atender a la población no cubierta (20 millones de personas), garantizando mayor beneficio social para los colombianos. Ese criterio, orientador de la política pública, debe verse reflejado en las subastas de las bandas de espectro (700 MHz, 1900 MHz y 2500 MHz), tal y como lo ha anunciado el Gobierno. Estos nuevos habilitadores, junto con los que trae el Pacto de transformación digital, pueden estimular importantes incrementos en las inversiones del sector, que, durante la última década, alcanzaron una cifra cercana a los $50 billones.

Nuestra apuesta es la transformación digital de Colombia, y desde la industria seguiremos acompañando al país en la incorporación de las nuevas tecnologías a la actividad del Estado, al aparato productivo empresarial, y en especial a las pequeñas y medianas empresas, que deben digitalizarse para hacerse más competitivas. Con ese objetivo, hemos aumentando esfuerzos en la oferta de servicios basados en la revolución digital: Internet de las Cosas, Big Data, Cloud Computing y Seguridad Digital, que apuntan, no solo al crecimiento económico, sino a generar mayor impacto social, transformando servicios como: salud, seguridad, educación, gobierno en línea y ciudades inteligentes.

La industria continuará con su apoyo decidido al emprendimiento digital, a través de su patrocinio y participación en clusters de innovación: Tigo a través de Ruta N, Telefónica con Wayra, y Claro a través de Hitts y su alianza con Plug and Play y sus demoplays dirigidos a la innovación. Le apuntamos a que haya un ecosistema de desarrollo e innovación que impulse la apropiación digital y el fomento de las habilidades de nuestros ciudadanos y empresas.

La digitalización es fundamental para acelerar el crecimiento económico del país, condición indispensable para reducir la pobreza, mejorar las condiciones de vida y avanzar en igualdad de oportunidades. Hoy, los factores que explicaron el crecimiento económico de los últimos años (incorporación masiva a la fuerza laboral, precios favorables de los productos de exportación y alta inversión en capital fijo) no existen. Ahora el crecimiento depende de nuestra capacidad de avanzar en eficiencia y productividad, no hay desafío de política económica más importante, que el aumento de la productividad como motor de crecimiento. Para lograrlo, la transformación digital es la clave.

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