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Analistas 25/04/2024

La ballena blanca

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

El empecinamiento del Gobierno por destruir el sistema de salud de Colombia es desconcertante. En su afán por hacerlo aparecer como uno de los peores del mundo, Gustavo Petro, difundió imágenes de hospitales en ruinas que resultaron ser de Venezuela, país donde efectivamente colapsó el sistema de salud pública. Con el fin de asignarle prioridad a su proyecto de demolición, el presidente Petro estuvo dispuesto a romper la coalición política que le daba gobernabilidad. Ha despilfarrado un tiempo precioso, al inicio de su administración, durante el cual el Congreso suele acoger con relativa benevolencia las iniciativas gubernamentales.

Así como las victorias tempranas se traducen en credibilidad que contribuye a facilitar la labor legislativa del resto del cuatrienio, los tropiezos iniciales tienen un alto costo reputacional, del cual resulta difícil recuperarse.

¿Cómo se explica un comportamiento tan autodestructivo, tan torpe, y tan costoso en términos de los objetivos del propio gobierno? Es en vano tratar de encontrar una respuesta a ese interrogante dentro de los parámetros de la eficiencia económica o la racionalidad política. Los móviles del intento obstinado por destruir un sistema de salud que goza del apoyo de los usuarios y que ha recibido el reconocimiento internacional son de otro orden.

La explicación a lo que está sucediendo se encuentra más bien en la literatura del siglo XIX. La novela ‘Moby Dick’ de Herman Melville describe la obsesión de un capitán de barco ballenero por vengarse de la ballena blanca que le amputó una pierna. Surca los mares, impulsado, no por el ánimo empresarial de obtener el lucrativo aceite de ballena, sino por el odio y la sed de venganza contra una ballena particular.

Cuando por fin la divisa y sale a darle cacería, se traba con ella en un combate encarnecido que conduce al naufragio de la nave y la pérdida de su tripulación, cuyo único sobreviviente relata lo ocurrido.

Si bien es fácil encontrar el paralelo entre el capitán dominado por el odio y el protagonista de la denominada reforma a la salud, no es obvio identificar a quién actuaría como ballena blanca en la versión contemporánea de la novela.

Sugiero que ese papel le corresponde al legado de Juan Luis Londoño, el artífice del sistema de salud del país, cuyas características coinciden con causales de malquerencias presidenciales: antioqueño, tecnócrata prestigioso con una rigurosa formación académica, quien diseñó una reforma exitosa, incluyendo al sector privado y a los empresarios, que ha durado tres décadas.

En la obra de Melville, el intento de tomar venganza de la ballena blanca tiene un desenlace catastrófico. El futuro del sistema de salud colombiano se está debatiendo ahora en el Congreso Nacional. El resultado de ese debate está por definirse. Sea eso como fuere, lo que se puede afirmar con certeza es que no será tarea sencilla destruir el legado histórico de Juan Luis Londoño.

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