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Analistas 10/08/2016

El discreto encanto del Perú

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda
La República Más
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La trayectoria ascendente del Perú, en lo que va corrido del siglo XXI, contiene valiosas enseñanzas para el resto de América Latina. Es una experiencia de superación colectiva que puede enfocarse desde varias perspectivas: como un caso de respuesta inteligente a la adversidad; como un ejemplo de lecciones históricas bien aprendidas; y como el triunfo de la democracia liberal, la moderación política y la ortodoxia macroeconómica. 

A partir del colapso del régimen autoritario de Alberto Fujimori en el año 2000, y la presidencia interina de Valentín Paniagua, noviembre 2000 a julio 2001, Perú ha experimentado transferencias sucesivas de poder, por medio de elecciones democráticas, a los presidentes Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski.  Quedaron relegados al pasado los malos recuerdos de la inestabilidad política, el terrorismo de Sendero Luminoso, la moratoria de la deuda externa, la hiperinflación y el desorden fiscal de los años 80.

Al igual que otros países de la región, Perú se benefició del auge de los precios internacionales de los commodities de años recientes.  Pero logró evitar el aislacionismo, el exceso de endeudamiento y las demás distorsiones económicas que afectaron a varias naciones latinoamericanas. Perú ha aplicado una política económica ortodoxa que incluye una estricta disciplina fiscal, una postura monetaria de un rigor anti-inflacionario casi de estilo germánico, y un agresivo desmantelamiento del proteccionismo arancelario.

Es notable la continuidad que han demostrado los dirigentes peruanos con el compromiso de insertar al país en la economía mundial.  Perú es miembro de la Apec, es signatario de la Asociación Transpacífica y ha suscrito acuerdos de libre comercio con sus principales socios comerciales.  El presidente Kuczynski ha anunciado la intención de su gobierno de ingresar a la Ocde.  

 El retiro de Venezuela de la CAN, creó las condiciones propicias para que el Perú asumiera el liderazgo de una importante iniciativa de política económica internacional.  El primer paso, a sugerencia de economistas colombianos y peruanos, fue eliminar el Arancel Externo Común, para convertir a la CAN en un área de libre comercio.  Luego, en abril de 2011, el presidente Alan García convocó a sus colegas de Colombia, Chile y México a una reunión en Lima en la cual se conformó la Alianza del Pacífico. A la puesta en marcha de este proyecto contribuyó el eficaz protagonismo del entonces ministro de Relaciones Exteriores del Perú, José Antonio García Belaúnde, quien contó con la asesoría de Roberto Abusada, fundador del Instituto Peruano de Economía.

Gracias al efecto acumulativo de un ritmo de crecimiento sostenido del orden de 5% anual en promedio, Perú tiene una economía más próspera, más diversificada, más abierta al comercio internacional, con más y mejor empleo y un nivel de bienestar social creciente. El índice de pobreza ha descendido de 58,7% de la población en 2004, a 21,5% en 2016. Con tranquilidad y sensatez, Perú ha adoptado un modelo de desarrollo que es la antítesis del populismo autoritario y del colectivismo marxista.

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