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El desarrollo de un proceso electoral cumple varias funciones. Es la forma en la cual una sociedad democrática escoge sus gobernantes. Como es de esperarse, este aspecto recibe la atención prioritaria de los analistas y los medios de comunicación. El resultado de las elecciones define la asignación del poder político durante determinado periodo de tiempo. Por ese motivo, las campañas concentran sus esfuerzos en enfatizar las cualidades de sus respectivos candidatos. Dada la proximidad de las elecciones presidenciales en Colombia, es previsible que la mayoría de los votantes ya hayan definido la opción que responde a sus preferencias.
Otra función del proceso electoral es de naturaleza didáctica. La emulación entre las distintas candidaturas ofrece la oportunidad para que la sociedad conozca y evalúe propuestas programáticas alternativas. Si esta tarea se cumple de manera responsable, la calidad de los programas de gobierno podría determinar gran parte de las decisiones electorales. Aproximarse a ese ideal sería una señal de madurez política.
Tal como se hizo en el año 2010, Fedesarrollo ha presentado a las campañas presidenciales unos documentos con recomendaciones de políticas públicas, que servirían de base a una serie de debates entre los candidatos. Esta vez, se han seleccionado cinco temas que se consideran relevantes para el cuatrienio 2014-2018: Perspectivas Fiscales; Desarrollo Agropecuario; Atención a la Primera Infancia; Mejoramiento de la Educación Preescolar, Básica y Media; e Innovación y Emprendimiento.
Algunos de estos temas no hacen parte de la retórica convencional de las campañas presidenciales. Por lo general, los candidatos prefieren evitar referirse a la necesidad de obtener ingresos fiscales adicionales. Sin embargo, el nuevo gobierno deberá iniciar su mandato con una propuesta de reforma tributaria estructural, encaminada a reemplazar fuentes de ingreso provisionales y garantizar la estabilidad fiscal.
En materia de política agrícola, se requiere descontinuar un esquema insostenible, consistente en distribuir subsidios bajo presión, para favorecer en forma indiscriminada a determinados grupos de productores. Es inconveniente, a todas luces, establecer el precedente de que se otorgan recompensas a quienes adopten ante el Estado una actitud de amenaza mendicante. El sector agropecuario tiene el potencial para convertirse en un motor de desarrollo y en un eficaz factor de bienestar rural, si cuenta con el marco institucional adecuado y con un conjunto de incentivos que promuevan la modernización tecnológica y la competitividad internacional.
La atención a la primera infancia y el mejoramiento de la educación preescolar, básica y media son inversiones con una elevada tasa de retorno. Además de incrementar el acervo de capital humano, contribuyen al objetivo prioritario de conformar una sociedad más igualitaria. La innovación y el emprendimiento constituyen elementos centrales del propósito de transformar la estructura productiva del país, para permitirle proyectarse con éxito hacia la economía mundial.
Incorporar los temas mencionados a los debates presidenciales conduce a enfatizar los programas, más bien que las personalidades. El sistema democrático se fortalece en la medida en que la discusión política contribuya a incluir en la agenda pública las necesidades de la próxima generación.
